José Quero y Efraín Reyes llegaron a Santiago para estudiar y acabaron echando raíces
16 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Compostela conquistó el corazón de dos jóvenes de Venezuela y Colombia cuyo primer contacto con la capital gallega fue por medio de la Universidade. José Quero -hijo de madre gallega y padre chileno que emigraron a Venezuela y ahora residen en Ourense- se matriculó en Ciencias Políticas, pero decidió aparcar la carrera para volcarse en el negocio y estudiar Psicología en la UNED. Efraín Reyes, colombiano, llegó a Santiago en el curso 2018-2019 como Erasmus para cursar un año en la Facultade de Administración e Dirección de Empresas compatible con su formación en Colombia de Negocio Internacional. Tras un «tiempo de idas y venidas, ya me quedé», explica. José vio negocio «en las necesidades de las colonias de venezolanos y colombianos de Santiago que añoran productos de allá», comenta Efraín, que se apuntó a la iniciativa empresarial junto a su amigo. Dicho y hecho. Se pusieron manos a la obra, y abrieron el pasado mes de febrero el ultramarinos Budare Market, en el que venden productos de Venezuela, Colombia y alguno norteamericano. «En otros sitios había funcionado la marca, es una franquicia. Y decidimos emprender. También motivados por la falta de empleo», apunta Reyes. No temieron los efectos de la pandemia sobre el comercio, y optaron por una de las calles más atractivas de Santiago, la Rúa de San Pedro. «Todo el mundo nos dice que la calle no es ni sombra de lo que era, porque falta el movimiento de peregrinos». Pero pese a todo, dicen, «estamos contentos, porque se cumplen previsiones. No solo vienen de Santiago. Hay gente que, cuando se lo permiten, se desplaza desde Noia, Padrón y de más lejos». En su ultramarinos, José y Efraín ofrecen «los sabores de Venezuela y Colombia, esos sabores que evocan la infancia y que traen recuerdos. Hace unos días vino un chico que nos comentó que hacía 25 años que no tomaba chicha. Es algo que resulta agradable, porque los productos te trasladan y te traen recuerdos de otros tiempos». Pero no solo acuden venezolanos o colombianos, sino también «gente de acá que volvió y que, cuando ven productos como los dulces Pirulín, Toronto, la mantequilla Mavesa, el Diablito, la chicha El Chichero y los quesos venezolanos nos dicen que son el sabor de su infancia o de sus años allá». No falta el café de Colombia, que se sirve para llevar. Tampoco las arepas y la cachapa congelada y lista para consumir. «Al no poder viajar, hay personas que vienen a probar productos para viajar con los sabores», subrayan. Emprender no siempre es fácil, y la pandemia lo complica más. Así que, mucha suerte a estos emprendedores.
Érguete, en el Rosalía
Un grupo de 15 alumnos de primero de la ESO del IES Rosalía de Castro se convirtieron en periodistas para entrevistar a profesionales y usuarios de la Asociación Érguete. La idea era que escucharan de primera mano todo lo que pueden contar sobre adicciones las personas que trabajan en primera línea. La actividad fue dirigida por el profesor Alberto Sacido, y los entrevistados fueron Andrea y David García, además de la educadora Ana Vázquez. Los jóvenes compartieron una charla con dos residentes en las viviendas de apoyo de la entidad. Ahora deberán redactar las entrevistas para transmitir lo aprendido a sus compañeros.
Melide, con la repostería
El Concello de Melide presentó ayer una campaña para poner en valor, promover y dar a conocer los afamados dulces de la villa. A unas semanas de la Festa do Melindre e da Repostería, exaltación de interés turístico gallego que el municipio tampoco podrá celebrar este año por motivo de la pandemia, el concejal de Promoción Económica, Xosé Igrexas, destacó que la iniciativa busca que melindres, ricos y almendrados sean conocidos más allá de las fronteras gallegas, «poñendo a Melide no mapa». «Contamos cuns doces tradicionais de gran calidade e con moito potencial para que sexan sinónimo e símbolo para identificar a nosa vila». Con esa base, la apuesta solo puede ser ganadora.