El «oro negro» codiciado por los nazis para alimentar a su industria bélica

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Sandra Alonso

Los mineros encendían cigarrillos con sus billetes por la abundancia y el alto valor del metal en una época de gran pobreza en España

29 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En Galicia, en la época de la peor hambruna de España, en plena posguerra, los estraperlistas buscaban el wolframio para venderlo a un precio por debajo del oficial. Los aventureros de entonces lo descubrieron a comienzos de 1942 en el monte xalleiro llamado Varilongo. Su hallazgo cambió para siempre la historia de Santa Comba, y también la vida de sus vecinos y los de municipios próximos de Bergantiños, A Barcala o Val do Dubra. Desde 1985 la mina ha permanecido cerrada.

Este yacimiento llegó a ser el más grande de wolframio de toda Europa y dio trabajo a más de 1.700 personas durante la década de los años cuarenta. Fue el médico carballés Pedro Abelenda quien arrendó los derechos -aparejados a la mina de Monte Neme- a Sofindus, el conglomerado industrial de la Alemania nazi. Este mineral fue estratégico por su resistencia al calor durante la Segunda Guerra Mundial, pues permitía blindar la punta de los proyectiles antitanque y reforzar la coraza de los blindados nazis. Los alemanes controlaban la comercialización de este metal.

En las crónicas de la época se hablaba de cómo el wolframio incrementó su precio un mil por ciento, o cómo los propios mineros encendían cigarrillos con sus billetes por la abundancia y el alto valor del metal en una época de gran pobreza en España. La gente se echaba al monte por la noche en busca del preciado «oro negro», el wolframio que luego vendían a los nazis, quienes, junto al controlado por el régimen franquista, lo transportaban en barcos y aviones para reforzar su maquinaria bélica, aunque también los británicos lo pagaban a cualquier precio.