Mal partido de los nuestros en el paraíso fiscal andorrano, para todos los que residen allí seis meses mínimo, no solo los youtubers, sino también muchos profesionales no tan conocidos, incluso los jugadores del equipo de la Liga Endesa, que puede fichar a muy buenos jugadores con esa fiscalidad. Dejando de lado una de las polémicas de los últimos días a modo de introducción, y para justificar el título del artículo, vamos a centrarnos en lo ocurrido sobre la pista.
Después de un inicio de liga prometedor, con un balance de 5-3 en victorias y derrotas en los primeros ocho partidos, el equipo se ha desinflado. El ciclo de los 12 últimos partidos arroja solo dos triunfos.
Las lesiones y el parón pandémico han afectado demasiado a un equipo al que todavía le restan dos encuentros por jugar para ponerse al nivel de los otros clubes en el calendario. De los tres partidos después del mes que el equipo estuvo parado, se ganó quizás el más importante, frente al Bilbao Basket, pero las dos salidas posteriores han resultado ser decepcionantes.
No tanto el partido en Zaragoza, en donde el equipo compitió bien hasta el final. Pero la derrota de ayer en el Principado fue la más preocupante por el nivel de prestaciones del equipo obradoirista.
El partido desde el inicio fue un esperpento en ataque, con 13 puntos anotados en los primeros 16 minutos. Y solo 24 al descanso. Eso sí, los andorranos tampoco andaban muy finos. Jelinek comandó la ofensiva en esta primera mitad a la que el Obra llegó vivo con 9 puntos abajo.
El relevo anotador lo cogió Paulí en la segunda parte. Aunque parecía que nos podíamos meter en el partido, todo fue un espejismo. Malos porcentajes de tiro, fallos de concentración defensiva y pérdida de rebote nos llevaron a un último cuarto en donde el maquillaje anotador de ambos equipos hizo que el partido se fuera a unos guarismos más elevados de lo que el discurrir del duelo intuía.
Nos quedan 17 partidos, contando con los dos aplazados. Media liga todavía. Tranquilidad, buenos alimentos y buenos entrenamientos para encarar esta recta final con garantías. El equipo se merece la credibilidad de saber que puede competir y que las circunstancias pasadas, pasadas están.
Toca descansar un poco con la Copa del Rey por medio y volver a sentir las buenas sensaciones de inicio de temporada. Mientras tanto, si chove, que chova.