Otear el Camino Inglés desde los restos de la torre de Buscás

cristóbal ramírez SANTIAGO / LA VOZ

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San Paio de Buscás se encuentra a un par de kilómetros de Ordes
San Paio de Buscás se encuentra a un par de kilómetros de Ordes cristóbal ramírez

San Paio de Buscás se encuentra a un par de kilómetros de Ordes

06 feb 2021 . Actualizado a las 04:55 h.

Es normal, muy normal, encontrar por Galicia adelante algún símbolo cristiano -generalmente un templo- al lado de un castro. De eso se trataba: de cristianizar un lugar donde se rendía culto a otros dioses. Paganismo puro, vamos.

Pero más raro es encontrar un castro, una iglesia, un cruceiro y una torre medieval. De ese lujo disfrutan los ciudadanos del municipio de Ordes. Y teniendo en cuenta las limitaciones actuales, son los únicos que pueden conocer esos enclaves ahora mismo. El resto tendrá que esperar unas semanas, pero no deberán olvidarlos.

San Paio de Buscás se encuentra a un par de kilómetros de la capital del concello. Por ahí pasa el Camino Inglés a Santiago, y todo apunta a que en la Edad Media, también. De manera que el visitante se va a encontrar con los marcos que indican cuánto falta para llegar a la catedral (33,804 kilómetros exactamente); y a la salida del pequeño núcleo, con una excelente senda recién hecha que aparta a los peregrinos del asfalto (remata en el núcleo de Vilariño, donde la ruta jacobea se mete hacia los bosques).

En fin, el excursionista se halla ante la iglesia de Buscás. Lo primero que le llama la atención es la hornacina en la cabecera, donde un San Pelayo presume de policromía, aunque hoy en día se le hubiera dado color de una forma distinta. Cerca, un carballo centenario. Todo da la impresión de ser una iglesia más del mundo rural gallego, pero al dar la vuelta y ver la fachada uno se da cuenta de que no es así: el románico esplendoroso de su puerta inunda la retina, enmarcado el vano por columnas pegadas a las jambas y rematadas en capiteles que muestran adornos vegetales.

Una vez vista la iglesia se avanza unos metros en sentido contrario al Camino Inglés, pasando al lado de un muy elevado cruceiro que ocupa un espacio al menos raro y una casa de turismo rural. Y en el primer desvío, a la izquierda, con la carretera nacional al fondo. En ese descenso aparece primero un campo que hace unos meses era un maizal e inmediatamente una arboleda que casi cierra el óvalo. Ese es el castro, cuya situación se ve mejor descendiendo 400 metros y girando a la diestra por una pista que acaba en tierra. A partir de ahí, a caminar.

Nuevo paseo

Explorado ese entorno, donde no hay nadie y que por lo tanto es seguro, marcha atrás, y en el Camino Inglés, izquierda y derecha. Descenso para cruzar el Rego do Cabo, subida y desvío de la diestra, este sin asfaltar. Nuevo paseo que va rodeando un outeiro y que acaba de nuevo en la iglesia. Y ahí arriba estuvo la torre medieval que figura en la documentación con el nombre de Buyocaz.

Que nadie espere ver el edificio, aunque sí el foso y la tierra que cubre sus abultados restos. Pero no se puede restar emoción al hecho de otear el paisaje desde uno de los puntos que controlaban la estratégica vía que unía Betanzos con Santiago. O sea, el Camino Inglés.