El Clínico trasplantó 52 riñones y 47 hígados al incrementarse a 35 las donaciones en Santiago

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Mantuvo la cirugía oncológica compleja, con una media de tres operaciones semanales, afirma el cirujano Evaristo Varo

05 ene 2021 . Actualizado a las 22:10 h.

En el Clínico se trasplantaron el año pasado 52 riñones (dos procedentes de donante vivo) y 47 hígados, con un trasplante doble de ambos órganos. Los últimos se injertaron el día de fin de año por la tarde. Descienden respecto al 2019, que fue año de récord (67 riñones, 5 de donante vivo; y 49 hígados) pero el resultado es muy satisfactorio, por los problemas que supuso el covid-19: «Las primeras semanas del confinamiento, en marzo, no esperaba llegar a esas cifras», afirma Evaristo Varo, jefe de la Unidade de Transplante Abdominal (UTAB).

Atribuye las cifras «a la coordinación de trasplantes del hospital, que funcionó incluso mejor que otros años, para conseguir órganos para pacientes de la lista de espera; y a la generosidad de los donantes, que fueron 35, una cifra elevada. El trasplante de hígado se mantuvo todo el año; el de riñón se suspendió unas semanas, por el covid, y porque los enfermos en lista de espera tienen la posibilidad de diálisis, una alternativa que no hay para quien precisa un hígado», sostiene.

La actividad de trasplantes fue así mejor en Santiago que en otros hospitales. Varo destaca el acierto de habilitar la antigua reanimación del Clínico como unidad de cuidados críticos para pacientes no covid, lo que permitió disponer de camas para trasplantados. «En alguna comunidad solo se atendieron códigos cero, que son pacientes con riesgo de muerte inminente si no se trasplantaban».

También ha funcionado con normalidad la cirugía oncológica compleja: «estuvimos desbordados, con una media de más de 3 operaciones semanales, entre 150 y 200, aún tenemos que cerrar los datos, además de las urgencias. Hubo semanas de operar todos los días cáncer o cirugías complejas que no podían esperar. Ha habido una buena respuesta por parte de la dirección, que nos ha facilitado todo lo posible para poder dar respuesta en una época muy difícil».

Varo destaca «el planteamiento que se hizo desde el principio, dentro de los medios que teníamos. Podemos estar orgullosos de haber respondido bien, por la incertidumbre que había sobre lo que podía pasar, o que nos podíamos infectar nosotros; porque al principio no era obligatorio en España hacer la PCR antes de operar, con el riesgo que eso suponía. En la primera ola nos la jugamos y tuvimos que hacer frente a brotes; los pacientes de la UTAB son muy sensibles al covid y ha habido suerte».

Varo señala que dos compañeros de su promoción de Medicina, de Córdoba, «y amigos», de su misma edad «fallecieron por covid; fue muy duro, tremendo».