La otra cara del Tambre, un espacio solo para amigos de la aventura

cristóbal ramírez

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

El punto de partida es San Xoán de Fecha y hay varias opciones para poner el broche a la ruta

26 dic 2020 . Actualizado a las 04:55 h.

El Santiago histórico y turístico no tiene nada que ver con el Santiago natural. Y ahora que el concello sigue con cierre perimetral y las vacaciones escolares acaban de arrancar, hay dos opciones. Una es ir a ver ese museo que hace tiempo espera la visita -empezando por el del Pobo Galego, que siempre esconde sorpresas; o por ese auténtico museo al aire libre que se acaba de estrenar en el monte Viso con los seres mitológicos- y otra es buscar el Santiago natural. Que sí existe.

Y resulta fácil dar con él enfilando la carretera a Santa Comba -gasolinera a poco de arrancar- y estar atentos a los desvíos a la derecha por pistas de poca anchura. Es ese un territorio llano, antes de alcanzar la barrera de viejos montes que queda ante los ojos. Lamascal y Vilar do Rei son dos topónimos que sirven de clara referencia, porque poco más allá de este último se encuentra San Xoán de Fecha, y ese es el campamento base para una excursión que procede diseñar a medida. O sea, en absoluto es igual ir con niños pequeños o no, con botas de montaña o sin ellas, en bicicleta o a pie, con el hábito de caminar o sin él. Porque el terreno se puede poner todo lo bravo que uno imagine, con tojos por doquier. Calcular las fuerzas es aquí, pues, fundamental.

Desde San Xoán de Fecha arrancan varios caminos, y el correcto es el que tira hacia el noreste. En caso de duda lo mejor es preguntar. Y cuando desemboca en otro, izquierda e inmediatamente a la derecha, dando la vuelta a ese redondeado outeiro.

Descendiendo siempre, se va a fundir con otro camino que viene por la izquierda. Y el final de esa bajada no es otro que el río Tambre, que ahí forma un pequeño embalse, con su central.

Marcha atrás y a subir, pero en vez de ir a Fecha se toma esa pista que se unía por la izquierda. Ascenso duro hasta arriba de todo, con la recompensa de una panorámica magnífica y que desde luego no sale ni en las guías ni está en las cada vez menos populares postales.

La pregunta que se hace el aventurero es «¿Y ahora?». Depende de los ánimos. Fin de la excursión para la mayoría, pero desafío ante los ojos para los más osados. Desde este punto parten caminos que, unos con fuerte pendiente buscando la mayor verticalidad y otros que prefieren zigzaguear, buscan de nuevo el Tambre. A ese lado de la montaña se distingue un pequeño conjunto de edificaciones. Es la Casa Grande do Bachao, un establecimiento de lujo aislado, tan aislado que es el que eligen quienes quieren pasar desapercibidos, y eso quiere decir destacados políticos internacionales y cantantes muy de moda. La discreción del propietario llega hasta ahí.

COMIENZO

n 42º58’12N 8º34’40W

LA FOTO MÁS PERSONAL

n En cualquier punto del Tambre.

LA AVENTURA

n Bajar hasta la central eléctrica.

EL DESAFÍO

n Dejar atrás la central eléctrica y subir hasta lo más alto.