La Fundación Andrea sustituye su gala anual por cascabeles virtuales

J. C.

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

30 nov 2020 . Actualizado a las 04:55 h.

La pandemia y sus consecuencias no distinguen entre lo prescindible y lo esencial. La gala anual de la Fundación Andrea ha sido y seguirá siendo un acto social insustituible en Santiago con un trasfondo asistencial que va más allá de la capital gallega, pero el presente ha obligado a la institución presidida por Charo Barca a no organizar la actividad que más ayuda a difundir su labor, además de suponer una importante vía de ingresos para mantener los distintos proyectos, cuyo eje es respaldar a las familias con niños que padecen enfermedades largas o crónicas.

Después de 15 años no habrá gala, pero sí acciones solidarias alternativas para apoyar a la fundación. Un canal es clásico, el de la Lotería de Navidad, que se puede adquirir en una treintena de locales de Santiago, y el otro es más novedoso. La acción virtual consiste en colocar cascabeles en los árboles del Bosque de Navidad de Andrea, lo que supone una donación de 5 euros. Hasta este domingo más de un millar de personas ya han hecho su contribución en la página web multiplicandosonrisas.com.

Barca recuerda que, precisamente por los efectos de la pandemia, la colaboración «es más importante que nunca» al haber más familias en una situación económica delicada. De hecho, en los últimos meses las peticiones de ayuda han aumentado un 30 %. A pesar de las dificultades, las casitas de la fundación han mantenido plenamente su actividad, y han sido doscientas las familias que hicieron uso de las mismas. Además, se concedieron 300 becas de manutención y 55 más para tratamientos en otros hospitales.