Adega advirtió de que las obras no eran suficientes para limpiar las aguas que bajaban de los ríos compostelanos
12 oct 2020 . Actualizado a las 08:41 h.No hacía muchos años que se había ampliado la depuradora de A Silvouta, pero fue entonces, en 1991, cuando un estudio de Adega advirtió de que las obras no eran suficientes para limpiar las aguas que bajaban de los ríos compostelanos, hasta tal punto que la organización ecologista aseguraba que tanto el Sar como el Sarela estaban alcanzando «cotas alarmantes de contaminación» y que constituían un peligro para la salud pública. Mucho dio que hablar ese informe y las sucesivas constataciones de que, en efecto, la ampliación se hacía escasa y que Santiago necesitaba una nueva EDAR acorde a sus necesidades. Su ubicación, financiación y condiciones técnicas dieron lugar a arduos y estériles debates políticos desde entonces. El resultado: Santiago sigue sin depuradora.