El Concello quiere un orbitaliño menos ambicioso del que prevé Madrid, pero más operativo

r. martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

Raxoi plantea una solución alternativa que abarataría costes y limitaría el impacto social y de movilidad en la zona de A Sionlla

03 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A un mes vista del arranque de las obras del orbital (el proyectado enlace entre la AP-9, la A-54 y el aeropuerto), el Ayuntamiento centra su atención ahora en el orbitaliño, la infraestructura que a su vez habrá de conectar el orbital con la N-550 y cuyo proyecto está en fase de evaluación de alegaciones. Y alegaciones, precisamente, no le han faltado. Vecinos, empresarios y el propio Ayuntamiento han puesto más de una pega a una propuesta que facilitará la conexión de los polígonos empresariales con las vías de alta capacidad y permitirá dotar al polígono de A Sionlla de un acceso dimensionado a sus necesidades.

Pero no son esas conexiones lo que cuestionan, sino como pretende resolverlas el Ministerio de Transportes. Una rotonda a dos niveles pasado Finsa (como la que previó en su día la extinta empresa municipal Emuvissa) será la estructura principal, pero no la única. Precisamente, el problema está en otra que se contempla más abajo, también a doble nivel, aunque en este caso subterráneo. Esta última obligará a crear un ramal, para dar salida a los camiones de Finsa y de la zona, que partiría la aldea de A Sionlla en dos, afirma el alcalde, aparte de trasladarle todo ese tráfico pesado.

El Concello pretende que esa segunda rotonda se traiga más arriba y se proyecte a un solo nivel, con lo que la salida de los polígonos se haría directamente a la N-550, a través de ese enlace alternativo y no a través de la aldea. «Iso tería menor impacto, obrigaría a expropiar menos terreo e sería máis barato», dice el alcalde, quien la semana pasada tuvo ocasión de exponer su propuesta a los técnicos responsables del proyecto y al secretario general de Infraestructuras, que pusieron interés en una posible alternativa que no solo limitaría el impacto sobre las comunicaciones internas que tendría su proyecto, sino que además abarataría costes de forma significativa.

Bugallo, que ve receptividad, calcula que podría rondar el 50 %. Al ir en superficie, esa rotonda sería más barata, se eliminaría el ramal hasta la aldea y habría que expropiar menos. Al final, el proyecto técnico sería menos ambicioso del que plantea el ministerio, pero más operativo para la movilidad en el ámbito y con menor impacto social.