La provincia tiene 12.121 trabajadores en ERTE, el 44,8 % del total de Galicia

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Más de 57.000 empleados han vuelto a la actividad desde el confinamiento

28 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El enorme peso que la provincia de A Coruña tiene en la economía gallega queda patente a la hora de analizar los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) aprobados para paliar la crisis laboral que está suponiendo la pandemia del coronavirus. Según el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, en Galicia, había el 31 de agosto -este es el último dato oficial disponible- 27.052 empleados en esta situación, de los que 12.121 estaban en concellos coruñeses, lo que supone un 44,8 % del total de la comunidad. Le sigue Pontevedra, pero con 9.209 -2912 menos y el 34 % del global- y, a mucha mayor distancia, Ourense y Lugo, con 3.040 y 2682 cada , lo que supone el 11,2 y el 9,9 % del global autonómico.

De esos 12.121 trabajadores, la gran mayoría, 9.971 (el 82,26 %), corresponden a los ERTE por fuerza mayor. Estos son los expedientes regulados en el artículo 22 del Real Decreto-Ley 8/2020 y son aquellas suspensiones de contrato y reducciones de jornada que tengan su causa directa en pérdidas de actividad como consecuencia del covid-19, incluida la declaración del estado de alarma, que impliquen suspensión o cancelación de actividades, cierre temporal de locales de afluencia pública o restricciones en el transporte público. En general, están incluidas aquellas situaciones en las que debido a la pandemia se ha visto comprometido el día a día de la empresa por las limitaciones de movilidad de las personas y mercancías, la falta de suministros que impidan gravemente continuar con el desarrollo ordinario de la actividad, o bien situaciones urgentes y extraordinarias debidas al contagio de la plantilla o la adopción de medidas de aislamiento preventivo decretadas por la autoridad sanitaria.

El resto de provincias está lejos de la coruñesa en ERTE por fuerza mayor. La que más se le acerca es Pontevedra, que al cerrar agosto tenía 7.476, 2.495 menos que A Coruña y el 33,75 % del total de Galicia. Le siguen Ourense y Lugo, con 2.389 (10,8 %) y 2.314 (10,4 %), respectivamente.

En lo que se refiere a los trabajadores en ERTE por causas no de fuerza mayor, al finalizar agosto había en Galicia 4.902 personas en esta situación, de las que 2.150 estaban en la provincia, lo que supone nuevamente la mayoría de la comunidad, con un 43,85 %. Una cifra muy por encima de la de Pontevedra, con 1.733 (el 35,3 %) y mayor aún que las de Ourense (13,3 %) y Lugo (7,5 %), con 651 y 368, respectivamente.

En pleno confinamiento, en el mes de abril, el número total de trabajadores en ERTE era mucho mayor en Galicia, con 165.038 empleados en esta situación, de los que nuevamente la mayor parte, 69.530, estaban en la provincia de A Coruña, lo que suponía el 42,1 % del total. 

El 82 % regresó al trabajo

Eso quiere decir que, desde abril y hasta el cierre del mes de agosto, en la provincia han salido de los ERTE nada menos que 57.409 trabajadores, un 82,6 % de los que tuvieron que dejar de trabajar durante los meses en los que se decretó el estado de alarma y el confinamiento de la población en todo el Estado. Nuevamente, es A Coruña la que mejores datos ofrece de toda Galicia, superando con creces a Pontevedra en lo que a trabajadores que han logrado volver a la actividad se refiere. En esta provincia fueron 52.562, 4.847 menos que en la coruñesa y un 38,1 % de los 137.986 trabajadores que han dejado de estar afectados por expedientes de regulación temporal en toda Galicia.

En A Coruña, ese porcentaje de trabajadores que han abandonado los ERTE desde el mes de abril al de agosto asciende al 41,6. Y la cifra es aún mucho mayor si se compara con las provincias de Ourense y Lugo. En la primera son 14.735 las personas que han vuelto a la actividad laboral, por las 13.300 de la segunda, lo que supone un 10,7 y un 9,6 %, respectivamente.

«No hay empleos, no hay nada, ni siquiera en otros sectores»

M. M.

Adrián Batalla, recepcionista en el hotel Altamira, entró en ERTE justo cuando debía comenzar su temporada de más trabajo. En marzo, el hotel en el que trabaja, en el casco histórico de Santiago, tenía buenas reservas, y se presentaba un verano con jornadas con lleno total. Sin embargo, el covid paralizó su vida laboral, que se retomó «de forma parcial». Hasta el 15 de agosto estuvo en ERTE parcial, solo trabajaba 20 horas a la semana. «Desde mediados de agosto, todos los trabajadores pasamos otra vez a ERTE total por ausencia de reservas». Por su experiencia, julio fue un mal mes para los hoteles, y «agosto un poco mejor». El mes de septiembre pasado, Adrián recuerda porcentajes de ocupación del «75 % y en octubre del 70 %, ahora nada». El turismo de otoño es «de extranjeros, y no hay».

Adrián echa cuentas y «no me salen. En los meses en los que cobraba el 70 % en el ERTE, iba a arreglándome; nos adaptamos bien, pero ahora la cosa está más complicada. Casi pago el alquiler y poco más». El problema es que, «aunque quiera buscar otra cosa, no hay trabajos, no hay nada, ni siquiera en otros sectores». Su esperanza es «la misma de todas las personas: la vacuna. Cuando tengamos vacuna, saldremos adelante porque Santiago gusta, pero creo que aún habrá que esperar bastante». 

xoan a. soler

«Nos reincorporamos al trabajo y hasta hicieron contratos nuevos»

Víctor Alonso, camarero del restaurante Cré Cotte, fue uno de los muchos trabajadores de Santiago que estuvo en ERTE durante todo el estado de alarma, y que comenzó a trabajar sin haber cobrado los ingresos correspondientes. Ahora, Víctor recuerda que aquellos fueron tiempos difíciles económicamente hablando, que «por suerte, pasaron». Fue de los primeros en reincorporarse al restaurante situado en A Quintana, y «poco a poco, la situación se fue normalizando».

Ahora ya está reincorporado al 100 % en su puesto de trabajo, al igual que todos sus compañeros, y «tenemos bastante suerte, porque incluso se contrató a dos personas más» durante el verano, explica. Claro que habitualmente en temporada alta, en este restaurante se hacían cuatro o cinco contratos extras para atender el servicio, antes del covid. La diferencia este verano es que «no hay turismo extranjero, nada de fuera, todos son nacionales». Lo bueno es que «la gente, en general, cumple, y se ponen la mascarilla, más los mayores de 40 años, que están muy concienciados». Víctor cree que «la situación se irá controlando poco a poco, pero no creo que vuelvan a confinarnos, porque el país no puede aguantar esa situación otra vez. Prefiero pensar que no volveremos atrás».

La única tabla de salvación para sectores como los de la hostelería y el turismo

Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) son la única tabla de salvación para sectores con tanto peso en la economía de la provincia de A Coruña como son la hostelería y el turismo, que representan importantes porcentajes del producto interior bruto. Por eso es tan importante que el Gobierno central los prorrogue hasta que la pandemia del coronavirus dé un respiro a estas actividades.

Restaurantes, bares, hoteles y otro tipo de hospedajes han visto mermada significativamente, cuando no paralizada, su actividad debido al covid-19. Gracias a los ERTE, los trabajadores de estos negocios pueden seguir percibiendo ingresos sin que salgan del bolsillo de la empresa, lo que provocaría su cierre. Mientras está en vigor la medida, es el Estado el que les paga hasta que puedan volver a trabajar.