El plan de fibra óptica del casco viejo se demora y siguen los cortes de Internet

claudia souto SANTIAGO / LA VOZ

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Sandra Alonso

La deficiente conexión ADSL desespera a las empresas y a los vecinos

02 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No disponer de Internet ya es un clásico en el casco histórico. La instalación de la fibra óptica en la zona monumental es una demanda por la que los comerciantes compostelanos llevan años aguardando para no quedarse atrás mientras la ciudad avanza. La deficiente conexión ADSL es un problema que incluso hace perder ventas a los negocios.

Desde hace meses los propietarios de comercios de la zona vieja escuchan noticias sobre la instalación de la fibra óptica en sus calles, pero lamentan que todavía no han recibido confirmaciones ni saben si saldrá adelante. La Asociación de Veciños Fonseca se reunió recientemente con Mercedes Rosón, concejala de Urbanismo, para analizar la situación. Según les trasladó la edila, la obra estará completada en la primavera del 2021 y una comisión municipal supervisará los progresos semanalmente. El proyecto comenzará por la rúa do Franco -el pasado junio se anunció que el servicio ya estaría operativo antes de que concluyese el verano- y continuará por los números pares de la Rúa do Vilar.

«He cobrado alguna vez en la calle, en zonas en las que hay más cobertura»

Hasta que se activen las obras de instalación, las tiendas, bares y restaurantes seguirán lidiando día a día con este problema. En ocasiones, puede suponer quedarse sin hacer una o varias ventas al día. «Ha habido veces de no poder hacer ventas porque no había conexión y la gente no quería ir al banco a sacar dinero», comenta Concha Villalpando, de La Tienda de la Rúa. Se trata de un tema de comodidad ya que habitualmente los turistas viajan sin mucho efectivo y ellos son la principal fuente de ingresos para este área de la ciudad. Concha tiene fallos habitualmente con la conexión. Explica que por ese motivo, aunque tenga un datáfono inalámbrico, «la mayoría de veces lo tenemos enchufado para que no dé fallos porque si no pierde la red», y se han dado casos en lo que «he cobrado alguna vez en la calle, en zonas en las que hay más cobertura».

La desesperación lleva a los comercios a buscar sus propios métodos para combatir la mala conexión. La mayoría han pasado por más de una compañía, probando diferentes servicios y paquetes de Internet, intentando lograr la mejor cobertura. Otros optan por mantener dos contratos al mismo tiempo y un datáfono para cada uno. Así, si no funciona uno, recurren al otro, que con suerte arrancará. Los que padecen una peor cobertura se las tienen que ingeniar, como Héctor Gómez, de Carro Ultramarinos, una pequeña tienda de O Toural: «Como tengo datos ilimitados en mi compañía, uso el teléfono como ruter para proporcionarme a mí mismo Internet. Había leído que el Concello iba a instalar fibra óptica pero solamente en unas pocas calles y no llega aquí», asegura.

La Rúa do Vilar es una de las más perjudicadas por ese deficiente servicio. Allí se encuentra la librería San Pablo, que también lleva años con fallos de conectividad. Raquel Moreda, que atiende el negocio, cuenta como el verano pasado se quedó sin conexión toda la calle. «Eso es mucho tiempo para que no funcione un datáfono y no poder hacer ventas», se queja. Para recomponerse en estas situaciones han tenido que recurrir varias veces al programa de emergencia: «Nos conectábamos y se iba todo el tiempo, se quedaban las operaciones colgadas y con mucha gente esperando en la librería».

En los restaurantes y bares ocurre al contrario. En verano disponen de mejor servicio porque cobran a los clientes en las terrazas, donde hay mejor cobertura de Internet. En cambio, en invierno, «cuando atendemos dentro, al ser un edificio tan antiguo y con las paredes tan gruesas de piedra, parece que la conexión se pierde y no hay cobertura» aclara Sonia Fernández, de A Fuego Lento.

La instalación estará lista previsiblemente para la primavera del año que viene

La fibra óptica es una necesidad básica para las empresas y vecinos del casco histórico. Les interesa implantarla con la mayor premura. «No nos podemos quedar atrás, el mundo se mueve, todo continúa y no se puede quedar la zona vieja de esta manera», indica Alberto Fernández, de la Joyería Azabachería Corma, en plena Rúa do Vilar. Recalca que se están quedando muy desactualizados y comenta que, incluso con la factura que tienen ahora en el establecimiento, pagan 25 euros más que si tuvieran instalada la fibra y, paradójicamente, con un servicio mucho peor.

El caso de la tienda de cosmética natural Maravalla es también desolador. Nunca les llega correctamente la conexión, es muy lenta y tiene cortes. Aseguran que, como respuesta, la compañía que tienen contratada les dijo directamente que se dieran de baja ya que no les iban a poder dar nunca un mejor servicio por su situación en la ciudad.

La solución es clara: comenzar cuanto antes el plan impulsado por el Concello, la Amtega y el Consorcio para dotar de fibra óptica al casco viejo, para solucionar unas demandas que, al igual que a las tiendas, también conciernen a los vecinos de la zona.

La demora del proyecto se acentúa por las exigencias de evitar colgar más cableado eléctrico en las fachadas para conservar correctamente el patrimonio histórico. Además, se trabajará en retirar otro tipo de cables que quedarían inservibles. Las cajas de conexiones también podrían extraerse, ya que quedarían en el interior de los inmuebles. De este modo se pretende reducir el impacto visual en las calles. Aunque por ahora el servicio de Internet de alta velocidad no llegaría a todas las calles del casco histórico, los instaladores trabajarán para llegar a la fecha límite con el mejor servicio posible.