La negociación del presupuesto de Raxoi no arranca, pendiente de Madrid

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

El Ayuntamiento desconoce todavía su asignación en las cuentas estatales

27 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno municipal debería estar programando a estas alturas del año los contactos con la oposición para sacar adelante los presupuestos del 2021. Pero, de momento, no hay ni una aproximación para un calendario negociador. Y no porque Compostela Aberta y el BNG no le hayan hecho ver a Sánchez Bugallo que ha llegado el momento. La clave no está en la disponibilidad del gobierno local, que a lo largo de esta semana podría tener una propuesta si el Gobierno central le hubiese notificado ya el nivel de participación de Raxoi en los ingresos del Estado y aclarado el destino del superávit del 2019.

Pero no es así. Y ambos elementos son clave para poder hacer una proyección. En el primer caso, porque el nivel de participación del Estado en las cuentas locales no es menor (supera claramente los 20 millones). En el segundo, porque del margen que Madrid deje a los municipios para disponer de ese superávit (sin vincular su totalidad al pago de deuda) dependerá también la capacidad de maniobra de Raxoi para resolver la asunción de determinadas obligaciones con el presupuesto actual. De no ser el caso, tendrían que trasladarse a las cuentas del 2021, limitando su capacidad de gasto inicial.

«Non creo razoable abrir un proceso de negociación formal con estas indeterminacións»

 El gobierno local no renuncia a que el próximo año arranque con el presupuesto ya aprobado,pero de momento no se dan las condiciones para poner una propuesta sobre la mesa. «Non creo razoable abrir un proceso de negociación formal con estas indeterminacións», afirma Sánchez Bugallo. «As magnitudes que están no aire son de tal calado que é preferible esperar a que o escenario se clarifique», justifica el alcalde, apuntando que también la Xunta está pendiente de conocer la consignación de su financiación estatal.

De lo que resuelva el decreto sobre las inversiones financieramente sostenibles dependerá en buena medida la capacidad operativa del Concello para hacer frente con las cuentas actuales a algunos de los gastos o desequilibrios que ha dejado la pandemia sanitaria y que se estiman en unos 3,5 de euros. Parte de ese importe, en buena medida el gasto social inicial, ya se asumió con los 1,5 millones autorizados de forma extraordinaria por Madrid con cargo al superávit del 2019.

Pero el covid también ha dejado desequilibrios en servicios como el del transporte, la ORA y vinculados con la actividad turística que habrá que afrontar. Y la previsión, tras la declaración de la pandemia, era que este año los ingresos minorasen en cerca de siete millones. También es cierto que hubo gastos presupuestados en actividades que la misma pandemia impidió ejecutar.

En cualquier caso, y aunque Madrid confirme su actual nivel de financiación, todo apunta a que difícilmente se alcanzará el presupuesto municipal aprobado para este año, que rozó los 117 millones. Los ingresos impositivos derivados de la actividad económica (licencias, construcciones, plusvalías) se resentirán de nuevo. Esa es la previsión, de la que no se escapan las multas. En estas se espera un descenso destacado ya este año, por las restricciones de la movilidad en el confinamiento y la merma posterior del tráfico privado.