Tercera victoria consecutiva en la primera semana de un inicio frenético en la Liga Endesa, con 90 puntos de media. Muchos puntos en cualquiera de los jugadores. Todos pueden anotar dentro del estilo de juego propio que ya lleva caracterizando a este Obradoiro en los últimos años.
Quizás el hecho de que funcione el ataque al principio en un equipo con muchas caras nuevas es más decisivo que la forma de defender o que ciertos ajustes defensivos, que seguro se corregirán con más entrenamientos. Y aunque el partido se pudo complicar, sobre todo por la poca defensa del 1x1 en determinados momentos, veo piernas en todos los jugadores para superar a veces cierto grado de desconcentración defensiva. No tengo ninguna duda. Eso mejorará. Me gusta el equipo y las sensaciones que transmite. Muy compensado, en donde las rotaciones se notan poco. Los nuevos asimilan rápido el estilo de juego marca de la casa.
El Obra dominó el marcador durante casi todo el choque, con ventajas cortas que incluso llegaron a los ocho puntos de diferencia. Pero los béticos siempre volvían a engancharse, gracias sobre todo a su base, Harrov, al que no supimos defender (sobre todo en el tercer cuarto) y a su escolta titular, Feldeine, con experiencia en esta liga.
Eso no pasó en el último cuarto, en donde la escapada definitiva se consolidó a falta de cuatro minutos. El Obra, de la mano de Pozas (muy buen arranque de temporada del malagueño) y Birutis (vaya descubrimiento), tuvo las ideas claras pese a no anotar de tres en todo este cuarto. El Betis se diluyó en acierto y en creer que podía ganar. Eso lo aprovecharon los nuestros para cerrar un duelo que parecía iba a llegar a un final más igualado.
Una victoria menos para la permanencia. Es un buen regalo de los jugadores para nuestro tremendo cuerpo técnico, que ante el Betis cumplió 300 partidos en una de las mejores ligas del mundo. Felicidades a todos.