Las fiestas en pisos aumentan diez veces más de lo normal en verano

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Desde julio, la Policía Local atendió más de cien concentraciones en casas

18 sep 2020 . Actualizado a las 15:40 h.

Los vecinos, fundamentalmente del Ensanche, tenían los meses de verano como un período de descanso hasta que, con el inicio del curso en la USC, volviera el jaleo a las calles y a sus comunidades. Este año, las restricciones autoimpuestas por el covid y las últimas limitaciones dictadas para Santiago, cambiaron el panorama. Las fiestas en pisos, casi siempre ligadas a los estudiantes, se incrementaron en la ciudad, y desde julio, el Concello contabiliza 115 celebraciones que requirieron la intervención de la Policía Local. «No solo son estudiantes», comentó hace unos días una vecina residente en un edificio de la rúa República de Arxentina. El número de fiestas fue aumentando progresivamente, pero se notó especialmente cuando el ocio nocturno fue cerrado. A mediados de agosto, los compostelanos comenzaron a celebrar reuniones en sus casas, y desde los primeros días de septiembre, el número de llamadas va en aumento. El alcalde Xosé Sánchez Bugallo indicó que el número de fiestas en pisos aumentó diez veces más de lo que sería normal para estos meses de verano.

Ante lo que se prevé que ocurra a partir de la próxima semana, cuando se inicie en la USC la actividad, el Concello reforzará el control sobre las fiestas privadas. Temen que el hecho de que las clases en la Universidad no sean presenciales en todas las facultades, favorezca que se celebren muchas más fiestas de lo que sería habitual. A esta circunstancia se suma que el ocio nocturno seguirá cerrado, por lo que los jóvenes buscarán alternativas de ocio.

Una de las medidas que se adoptará, y que ya ha empezado a aplicarse, es que la Policía Local no se rendirá cuando los chavales opten por no abrir las puertas en la visita policial de madrugada. Al día siguiente, ya de día, los agentes volverán al domicilio para identificar al propietario o inquilino, y poder seguir así con la tramitación de la sanción económica. El concejal de Seguridade Cidadá, Gonzalo Muíños, pidió colaboración e instó a que se pusiera fin a este tipo de fiestas, que genera enorme malestar entre los vecinos. Aseguró que no se bajará la guardia durante el curso.

Otro de los frentes en el que tendrán que redoblar esfuerzos es el de las concentraciones de jóvenes en parques y senderos. En las últimas semanas, aprovechando el buen tiempo, se produjeron botellones en los parques de Restollal, en el túnel bajo el periférico en las inmediaciones de Conxo; así como en el mirador de Fontiñas, en Belvís y la vaguada de Vite. En la jornada de ayer, después de las ocho de la mañana, aún pudo verse a un grupo de una docena de chavales que, sin hacer buen uso de las mascarillas, charlaban animadamente en la rúa Tras Santa Clara, y alguno de ellos seguía pegado a su vaso de bebida. En el mirador de Fontiñas, esta misma semana, los vecinos denunciaron el estado de suciedad y restos de botellas acumulados después de una fiesta nocturna al aire libre.

Bugallo pide «serenidade» al ocio nocturno

El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, recordó que el covid «está lonxe de terminar», y por ello pidió «serenidade e prudencia» a los empresarios de la hostelería, especialmente a los del ocio nocturno. El sector está cerrado y viene reclamando alternativas para salvar negocios y empleos. Bugallo dijo que, aunque en Santiago hay «certa estabilidade» en los datos de casos de coronavirus, la ciudad es «moi sensible», porque hay un movimiento de población importante, y la situación es cambiante de un día para otro debido a los movimientos de pobalción.

Insistió en que los locales de hostelería nocturna, que tengan posibilidad de tener mesas y sillas, pueden funcionar con el horario de diurno, hasta la una de la madrugada. Para el resto, reiteró la petición de prudencia, y dijo que la situación requiere que todos hagan sacrificios.

Ante el inicio del curso escolar en institutos y en los centros de formación profesional, previsto para la próxima semana, el alcalde dijo que la ciudad se enfrenta a una situación de riesgo debido al incremento de la movilidad. Apuntó que, en el caso de los ciclos superiores, mayoritariamente se trata de estudiantes procedentes de toda Galicia. Esta circunstancia obligará «a máis esforzos», aunque el alcalde pidió responsabilidad a los vecinos para cumplir las normas dictadas, e insistió en que no puede dejarse todo el control a la acción policial.