Ella pilota la vuelta al cole de los niños que están ingresados en el Clínico

Por Sonia Portela

SANTIAGO

Sandra Alonso

Elena Sobrino, directora del aula del CHUS, destaca la colaboración con los centros educativos para ayudar a los chavales

13 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El aula educativa del Clínico de Santiago también inauguró esta semana el curso escolar, y lo hizo con una meta clara, la de contribuir a que el ingreso hospitalario de niños y jóvenes no repercuta negativamente en su formación académica, pero también para ofrecerles vías de escape a las largas horas de estancia en el complejo. «El día pasa lentamente en el hospital, y desde aquí contribuimos a que la estancia sea más llevadera o, al menos, lo intentamos», afirma Elena Sobrino, directora de la escuela del CHUS. Lleva cinco años al frente del «colegio» del Clínico, y reconoce que el curso que comienza será duro. Las restricciones impuestas «necesariamente» por el covid tienen que suplirse con otro tipo de medidas para que los pequeños se sientan lo menos perjudicados posible. Por el aula pasan desde niños de tres años hasta jóvenes que «cursaron el primer curso del grado universitario y que se examinaron en el aula. Sin duda, la colaboración de los profesores es fundamental», subraya. «Tuvimos niños ingresados nueve meses con patologías graves, para los que el Aula fue un paréntesis lúdico que les ayuda en los momentos más difíciles». Elena imparte las clases. «Cuando necesito ayuda siempre la tengo del profesorado de los niños y de los jóvenes, que siguen vinculados a sus colegios e institutos», precisa. La crisis sanitaria puso en primera línea a la enseñanza virtual, que es fundamental en el Aula del Clínico, ya que precisamente Internet y las redes sociales son unas herramientas básicas en el centro. «Se usan vídeos para explicaciones y echamos mano de las redes sociales para determinados momentos», comenta. Pero no todo es enseñanza reglada. En el Aula del CHUS también se preocupan de ofrecer material y herramientas para los momentos de entretenimiento. De esta parte se ocupa Patricia Fernández en la obra social del Aula, que se encarga de preparar material y actividades lúdicas para que las largas horas de convalecencia sean más llevaderas. Quienes tuvieron que echar mano de este servicio solo tienen palabras de agradecimiento. Por algo será.

XOÁN CRESPO

Outono Gastronómico

La Casa da Torre Branca, en Aríns, fue el escenario elegido ayer para la presentación de una nueva edición de la campaña Outono Gastronómico, en la que participan 70 establecimientos de turismo rural y que se desarrollará hasta el 13 de diciembre. El vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, asistió a un acto en el que defendió la que ya es la edición número catorce del programa -que ya disfrutaron más de 70.000 personas- como una apuesta por los productos turísticos gallegos más consolidados, que busca dinamizar la demanda turística después de la época estival. Un propósito siempre pertinente, pero más si cabe en esta difícil coyuntura marcada por una pandemia que ha tenido un fuerte impacto en el balance turístico del verano. Rueda destacó que de ese escenario está saliendo airoso el turismo rural, «un foco de atracción que debemos seguir potenciando en Galicia como destino seguro». Acompañaron a Rueda el presidente de Agatur, José Luis García, y el representante de Fegatur, Francisco Almuiña.

Sandra Alonso

Patrimonio de gala

Compostela celebró ayer una de sus convocatorias culturales más singulares. La Noite do Patrimonio volvió a llenar de actividad el casco histórico, con visitas guiadas a diversos talleres de artesanos y a edificios emblemáticos como el Pazo dos Irlandeses. Aunque el plato fuerte de la velada fue el estreno en el Museo do Pobo de la danza Conjurando lo invisible, de Aïda Colmenero. Un éxito que sirve de prólogo a la Semana do Patrimonio.