La falta reiterada al comedor escolar podrá hacer perder la reserva de plaza

r. martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Desde las AMPA piden medidas que garanticen la universalidad del servicio

13 sep 2020 . Actualizado a las 21:29 h.

La ausencia de garantías para admitir toda la demanda que pueda llegar a los comedores escolares municipales ha introducido este año un sistema de prelaciones para el acceso que no ha contentado ni a la oposición ni a las asociaciones de padres y madres (AMPA). Ese sistema da prioridad a los alumnos becados para el servicio y a aquellos de conciliación complicada porque ambos progenitores trabajen en esa franja horaria.

Esa medida les garantiza plaza en los nueve colegios donde el Concello gestiona esa prestación, pero la demanda del servicio es más diversa y amplia. Y para esa otra también hay prevalencias a la hora de optar a las plazas que no hayan ocupado los primeros. La preferencia en este caso estará con los que demanden el servicio todo el mes (cinco días a la semana). Y así, en un proceso de prioridad decreciente, hasta llegar a los que solo quieran contratar un día. Esa es la prelación que fija el decreto que el Ayuntamiento sacó el miércoles pasado para organizar el acceso al servicio, ante la posibilidad de que la oferta de plazas resulte insuficiente (aun asegurando el doble turno) para cubrir la totalidad de la demanda a raíz de las limitaciones espaciales derivadas de las medidas anticovid.

Pero esas no son las únicas medidas que han alterado las reglas de juego que hasta el curso pasado marcaban el acceso al servicio. Las renuncias puntuales a hacer uso del comedor cuando este ya estaba contratado deberán anunciarse ahora con mayor antelación que antes. Y aquellas familias con ausencias (sin causa justificada por razón de fuerza mayor y acreditadas) en los primeros días tras la asignación de plaza perderán el derecho de reserva y pasarán al final de la lista de espera. Igual será para quienes no hagan uso del servicio en base a la solicitud presentada durante dos semanas continuadas. Y se les exigirá el cobro íntegro de la mensualidad.

Asimismo, la reiteración de más de tres jornadas de no asistencia en un mismo mes (salvo causa de fuerza mayor acreditada) dará lugar al cobro íntegro de todo el mes. Y de no hacerse efectivo ese pago, decaerá el derecho sobre la reserva de plaza, con lo que el interesado pasará a final de la lista de espera.

La situación derivada de la pandemia ha introducido limitaciones en el acceso al servicio

Hasta ahora, y avisando con el tiempo preciso, las ausencias se descontaban del recibo y no implicaban pérdida de plaza. Sin embargo, la posibilidad de que la oferta acabe siendo insuficiente y las dificultades para cubrir las vacantes que puedan quedar (por la conformación de grupos de convivencia en el ámbito escolar, y también en el comedor) han mermado la flexibilidad de otros años para este tipo de cuestiones.

«Un servizo para todos»

El decreto ha sido contestado desde la oposición y tampoco contenta a las asociaciones de madres y padres (AMPA), que coinciden en reclamar, como CA y el BNG, el acceso universal al servicio, que el decreto no garantiza desde el momento en que asume la necesidad de organizarlo fijando prelaciones para la asignación de plazas. Pero, la universalidad es la única forma de dar solución a todas las variables de una demanda diversa en cuanto a las necesidades familiares (no todos precisan el servicio con igual intensidad y cadencia) y que puede ser cambiante, según Fernando Lacaci, presidente de la Federación de ANPA de Santiago, quien no se resigna a que no se pueda asegurar para el resto del curso.

Lacaci entiende que Raxoi pudo buscar alternativas para la optimización de espacios en los colegios durante el verano y que ahora tampoco debe zanjar la cuestión diciendo «que hai que adaptarse ao que temos». Eso puede valer para el arranque del curso, al no haberse puesto los medios antes, viene a decir, pero la cuestión ahora está en ver «que se pode facer para que o problema non continúe» con el curso. El Concello «está asumindo como inevitable que non pode dar servizo universal, e nós cremos que hai que asumir un servizo para todos», dice.