Menos asistencia y ocio con distancia marcaron los servicios de conciliación

Emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Negreira optó por cerrar su programa Respira por prevención sanitaria  y Teo aprovechó la actividad para elaborar un estudio nutricional

01 sep 2020 . Actualizado a las 05:05 h.

El verano siempre es tiempo de conciliación familiar y laboral, y ni siquiera el coronavirus pudo cambiar esto, aunque sí introdujo múltiples variaciones a la hora de dividir al alumnado en grupos más pequeños para reducir el riesgo de contagios. Pero la expansión del virus se dejó sentir en algunos servicios. Este es el caso del de Negreira, que la semana pasada decidió suspender su programa de conciliación Respira ante el incremento de contagios en el municipio. No fue el único caso del área compostelana, ya que la entidad cultural y recreativa de Os Tilos, en Teo, también vio alterados sus campamentos porque una persona inscrita en uno de ellos fue positiva por coronavirus. Las pruebas PCR al personal y al alumnado de todos sus talleres dio resultado negativo pero los grupos de mayores y jóvenes quedaron suspendidos para cumplir la cuarentena. Esto no ha impedido que el resto de grupos y la programación para septiembre siga su curso. La asociación ha agradecido públicamente «o apoio recibido e a comprensión por parte das familias».

En el resto de concellos, los servicios de conciliación se desarrollaron sin problemas destacables, pero con menos asistencia que en años anteriores. Así ocurrió, por ejemplo, en Arzúa, ya que en años anteriores la media de participantes se situaba entre 40 y 50, mientras que este año fueron menos de la mitad. Una de las novedades de esta convocatoria fue que, dado que era necesario establecer grupos más reducidos por seguridad sanitaria, se exigía a las familias que demostrasen que tenían necesidad de conciliación familiar y laboral, una concreción que se repitió en muchos campamentos del área compostelana.

Importante descenso en Ames

La nueva normalidad se dejó sentir especialmente en la Escola de Verán de Ames, que el año pasado atendió en la segunda quincena de agosto a 190 escolares -95 en Bertamiráns y el mismo número en O Milladoiro-. Este año los datos fueron muy inferiores, ya que en el mismo período, entre el 15 y el 31 de agosto, participaron 21 menores en Bertamiráns y 46 en O Milladoiro.

El DiverTeo de A Ramallosa incluyó un estudio sobre hábitos alimenticios del alumnado

Sara Sigüeiro, estudiante de Enfermaría y vecina de Recesende (Teo) había previsto concluir el trabajo de su Máster de Nutrición con un proyecto de hábitos alimenticios en el colegio de A Ramallosa. El covid tumbó la idea, pero no del todo, ya que pudo llevarla a cabo este agosto con el pequeño grupo de escolares que este año participaron en la convocatoria del DiverTeo en el mismo colegio.

Durante los primeros días, entre juegos a distancia, propuestas de ocio cultural y periódicas limpiezas, el grupo de escolares fue respondiendo a las preguntas de Sigüeiro sobre sus hábitos alimenticios. «O obxectivo foi valorar como inflúe o coñecemento das familias nos hábitos de alimentación», explica esta enfermera, que ve en el DiverTeo una buena oportunidad «para un ensaio a pequena escala e valorar mellor cada caso», explica.

Aunque su proyecto no está ni mucho menos terminado, detectó algunos conceptos «sesgados» sobre alimentación. Como ejemplo, señala que «houbo quen dixo que a pataca non é boa porque ten moita graxa, cando o que ten son hidratos». Por eso aboga por que la nutrición esté más presente en los colegios, y no solo en los comedores.