La hostelería local mitiga el impacto de la crisis con el apoyo de los ERTE

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

El sector augura cierres definitivos en caso de que no se amplíe esa cobertura

22 ago 2020 . Actualizado a las 10:58 h.

El sector de la hostelería en Santiago debería estar a punto de cerrar uno de los meses más rentables del año y, sin embargo, las cuentas siguen sin salir y los nubarrones sobrevuelan muchos negocios de la capital gallega. Aunque los trabajadores del sector que están bajo el paraguas de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ya no representan el 95 % que alcanzaron en los meses del confinamiento, los porcentajes aún están lejos de ser testimoniales. «Algunos sacaron a sus trabajadores del ERTE, pero otros muchos optaron por salidas parciales o por mantener a una parte de la plantilla y recuperar a otra. Incluso hay casos que sacan a algunos trabajadores a media jornada», apuntan en Hostelería Compostela. Los porcentajes de quienes siguen «tirando del ERTE» son más altos entre el personal de los hoteles que entre el de restauración. Santiago, en agosto, debería estar casi al completo en los alojamientos, y especialmente entre los que están situados en el casco histórico, pero en cambio, hay muchos negocios cerrados, y los que están abiertos no están logrando alcanzar el 33 % de ocupación prevista para este mes.

Un síntoma de que el turismo está atravesando un mal momento es que ni siquiera las pensiones que suelen hospedar a muchos de los peregrinos que llegan a Santiago tampoco levantan cabeza. La previsión del 28 % de ocupación para agosto también es una meta excesivamente alta para este atípico agosto. El cierre temporal de hoteles ronda el 30 % de la planta hotelera, y los que están abiertos juegan con la apertura de algunas plantas y la clausura de otras.

Los rebrotes pasan factura

José Liñares reconoce que, pese a que intenta mantener la calma y el optimismo, las últimas noticias de rebrotes están apagando su entusiasmo. Los casos de A Mariña afectaron a las reservas, y cuando comenzaban a recuperarse, llegaron los brotes de la ciudad de A Coruña. «Ni siquiera el Camino está respondiendo como se esperaba». La situación de Melide, en pleno Camino de Santiago, «es otro golpe para nosotros». José Liñares apunta que, en la primera semana de este mes, hubo unos días aceptables para la situación actual, pero «desde la pasada semana y en esta las cancelaciones vuelven», señala. Como justificación de esas bajas, Liñares recibe comentarios que dejan entrever el temor a la perdida de movilidad. «La gente no teme contagiarse, porque nos ven como destino seguro, pero deciden no viajar por si recortan la movilidad». Ni siquiera septiembre se presenta como un buen mes. «Sin congresos, sin turismo extranjero, septiembre va a ser malo», augura el hostelero. Su esperanza y la de otras voces del sector es que «los ERTE se prolonguen hasta que llegue la vacuna y se empiece a remontar. Sin la respiración asistida del ERTE, muchos negocios están abocados al cierre definitivo. No se pueden sostener los hoteles sin los ingresos mínimos durante un año».

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