María Graña: «Recomiendo a las jóvenes que congelen sus óvulos para un futuro»

Estefanía Santamarina / I. C. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Cada vez más progenitores recurren al análisis del embrión para detectar posibles patologías

10 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La directora del Centro Gallego de Reproducción Asistida Zygos, María Graña, aboga por la tolerancia y la libertad individual, explicando que los procedimientos de inseminación permiten «completar los deseos que las personas tienen en cuanto a la maternidad». Precisamente, para favorecer esta liberación la doctora recomienda a las jóvenes congelar sus óvulos para poder ser madres cuando lo deseen en un futuro. La ginecóloga destaca la importancia de las campañas, especialmente las realizadas en junio con motivo del mes de la fertilidad, para eliminar los estigmas sobre los métodos de inseminación y la maternidad tardía.

Durante toda su carrera, la directora de Zygos ha defendido que la edad no debe ser un impedimento para satisfacer los deseos de una mujer de ser madre. Aun así, explica que a partir de los cuarenta años es difícil concebir con óvulos propios. «La mayoría de embarazos más allá de los cuarenta y tres años proceden de gametos donados, que se fecundan con semen de la pareja o de un donante anónimo en caso de que la mujer desee llevar la maternidad de forma solitaria», añade la doctora fundadora del Centro Gallego de Reproducción Asistida Zygos.

Por este motivo, Graña insiste en que las jóvenes que se están formando o comenzando a trabajar congelen sus gametos para que cuando quieran y las condiciones laborales se lo permitan puedan tener hijos con su propia genética. Esta técnica es cada vez más popular por el retraso de la edad a la que las mujeres tienen su primer hijo. La directora de Zygos expone las ventajas de este método: «Si los gametos se han congelado cuando la mujer era joven tendrán más calidad que si espera a someterse a un tratamiento cuando ya ronde los cuarenta». Según la ginecóloga, si los óvulos se extraen a edades tempranas tienen unas características muy buenas para dar lugar a un embrión y posteriormente al nacimiento de un niño sano. Además, la doctora afirma que este procedimiento es poco invasivo con el cuerpo de la mujer.

La directora del Centro Gallego de Reproducción Asistida habla sobre las nuevas posibilidades en torno a la fertilidad: «Cada vez más parejas solicitan el análisis de los embriones antes de que sean transferidos al útero para poder detectar alteraciones genéticas como el síndrome de Down o el síndrome de Patau». Este procedimiento es especialmente útil a la hora de prevenir enfermedades hereditarias. Aunque este método solo permite encontrar patologías que alteran un solo gen, Graña afirma: «Hay muchas enfermedades que se pueden analizar en un embrión antes de transferirlo al útero».

La ginecóloga expone que las novedades en el ámbito de la inseminación se basan en el perfeccionamiento de la metodología de trabajo y no en el desarrollo de nuevos procedimientos ya que la microinyección sigue siendo la técnica principal. «Cada vez los incubadores y los campos de cultivo en los que se mantienen los embriones tienen mejores condiciones que facilitan que estos sobrevivan más días fuera del útero», aclara la directora de Zygos. Además, en los últimos años se han agilizado y mejorado los procesos de fertilización.

Sobre las técnicas ginecológicas, Graña expone que los métodos más conocidos son la inseminación artificial, dirigida a mujeres que quieren ser madres solteras, y la fecundación in vitro, destinada a parejas en las que alguno de los miembros tiene problemas de fertilidad. Hay procedimientos menos extendidos, como la recepción de ovocitos de la pareja, que «permite a ambas mujeres de una pareja participar tanto en el proceso de concepción como en el de gestación», explica la ginecóloga.