Felipe Senén: «Son reliquias históricas que garanten o futuro das comunidades»

La Voz

SANTIAGO

CESAR QUIAN

20 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo dice Felipe Senén, uno de los investigadores que mejor han comprendido la verdadera esencia del alma de Galicia: «Os montes veciñais son reliquias históricas, tradicionais, non entendidas dende a sociedade do consumo».

«Son espazos -recalca el historiador- que garanten o futuro, a vida de comunidades que precisamente tiveron a súa orixe arredor deste recurso natural».

Apunta Senén, además, que «desde a sociedade e os sistemas de produción de hoxe», en los que están tan presentes la «privatización» y el «mercantilismo», resulta muy difícil «entender o que significaron os montes veciñais, o pastoreo, a roza e a madeira». «Mesmo os topónimos están en relación -dice Senén- coa produtividade e as singularidades dun monte agora empobrecido». 

Lugares sagrados

A propósito de la «sacralización do territorio», tan vinculada al origen y al «ser» de la parroquia gallega, Senén apunta, dirigiendo su mirada al viaje que los montes comunales han llevado a cabo a través de la historia, que «se ben a sociedade mantivo sempre espazos comúns, territorios considerados sagrados por algunha circunstancia, como os mananciais de augas», también las zonas de caza, de cultivos o de pastoreo fueron dando origen a «territorios sinalizados». De ahí surgieron espacios «delimitados» en los que también mámoas y castros sirvieron, de alguna manera, para ir «marcando» la propiedad de cada zona.

Esto viene a suponer, en la práctica, explica Senén, que también los vestigios arqueológicos, que en el pasado fueron tomados como referencias por quienes vivieron a su alrededor, pueden dar a veces una valiosísima información sobre la historia de cada territorio. 

«División entre tribos»

Cita Felipe Senén, en este sentido, los «montes que actúan de lindeiros», y también la «división entre antigas tribos, tal como denotan as siglas ou petroglifos de termo, os marcos…». Muchos de esos lugares, añade el investigador, serían luego «cristianizados baixo a advocación dalgún santo», y acabarían teniendo, además de su propia capilla, una «concorrida romaría», que les permitiría servir de «punto de encontro» para «festa e consolidación do clan».