Condenado a cuatro años de cárcel por abusar de una sobrina que vivía con él

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La Audiencia le absuelve de la acusación en el caso de la hermana de la víctima

24 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La sección compostelana de la Audiencia Provincial ha condenado a cuatro años y un día de prisión a un hombre por abusar sexualmente de su sobrina menor de edad, que tenía catorce años cuando en agosto del 2016 ocurrieron los hechos. El tribunal establece además que deberá abonar a la víctima 6.000 euros por el daño moral que le ha causado y que durante diez años no podrá acercarse a menos de 300 metros -que se reducen a 50 cuando el condenado esté en su vivienda- ni comunicarse con ella de ningún modo. Además, durante siete años no podrá trabajar en nada que conlleve contacto directo con menores y se le han impuesto la mitad de las costas que ha acarreado el proceso judicial. La sentencia puede ser apelada ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

El tribunal considera al hombre autor de un delito continuado de abusos sexuales, ya que habrían sido varias las veces que hizo tocamientos en los pechos y las nalgas de la menor, a la que incluso habría forzado para besarla. Sin embargo, le absuelven en el caso de la hermana de la víctima, también menor, y por la que la Fiscalía también había presentado los mismos cargos. Entiende la Audiencia que, en este caso, la declaración de la niña carecía de la suficiente claridad y estaba llena de contradicciones, por lo que no ha podido ser considerada como prueba de cargo suficiente para condenar a su tío.

Todo lo contrario aprecia la sala compostelana en el caso de su hermana. La defensa, que negó los hechos, había intentado alegar que la acusación de su sobrina no se sostenía, pero la Audiencia señala que «el testimonio de la víctima ha sido persistente y coherente desde su primera declaración en el juzgado».

En agosto del 2016

En concreto, lo que tras el juicio se ha declarado probado es que un día de agosto del 2016, cuando el condenado estaba en su domicilio, llegó su sobrina, que vivía en esa misma casa junto a su madre y su hermana. Fue a recoger algo de ropa porque iba a pasar la noche en casa de una tía. Cuando llegó a la vivienda, la menor cogió en la nevera un helado y se fue a su cuarto, cuando de repente entró su tío, le lamió el helado y salió. Al cabo de un rato, volvió a entrar en la habitación y empujó a su sobrina «tirándola sobre la cama y, acto seguido, se colocó encima de ella y la besó en la cara y el cuello», señala la sentencia.

Además, también se estima que ha quedado demostrado que a lo largo de ese mismo año, y al menos desde el mes de febrero, el condenado cometió abusos sexuales a su sobrina «consistentes en roces o tocamientos con las manos en sus pechos o las nalgas cuando pasaba al lado de ella en el interior de la casa, siempre por encima de la ropa y ello a pesar de que en varias ocasiones la menor había mostrado su rechazo ante tal comportamiento».

Toda la familia acabó enterándose del incidente e incluso motivó una reunión de todos sus miembros para hablar del asunto. La madre de la menor explicó en el juicio que llegó a plantearse retirar la denuncia porque le daban pena los hijos del acusado, pero que finalmente decidió no hacerlo, por lo que el proceso siguió su curso.