La hostelería compostelana se apunta a los menús playeros y para pícnics

Patricia Calveiro Iglesias
p. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

Lucía Freitas lanza su «Beach Delivery» para disfrutar bajo el sol y en el Flamingo apuestan por los grandes clásicos

20 jun 2020 . Actualizado a las 00:07 h.

La hostelería compostelana no deja de innovar para adaptarse al ritmo de vida actual y facilitar un poco más el día a día. Muestra de ello, es un nuevo servicio de menús pensados y preparados para disfrutar bajo el sol, ya sea en la playa o en un pícnic campestre. Las opciones incluyen desde un bocata XXL con acompañamiento a la altura de una estrella Michelin como Lucía Freitas hasta un banquete repleto de clásicos del restaurante Flamingo, donde no falta la tortilla, el filete empanado ni la ensaladilla, entre otros bocados dignos de cualquier buen dominguero.

Cuenta Fran Villasenín, del Flamingo, que su Menú Pícnic fue idea de su hermano y recuerda a las comilonas que preparaban su madre Rosario y su tía Cecilia cuando eran pequeños y tocaba una escapada playera en familia. La propuesta del negocio del Restollal se compone de los platos de toda la vida, «como los que mi madre y mi tía preparaban mientras los niños dormíamos y los hombres limpiaban el coche y lo cargaban con la mesa plegable y el resto de cosas. Ellas se pegaban un madrugón de la leche para hacer la comida para la playa. Y allí sabía distinta, más rica, pero era algo súper latoso».

En un homenaje a aquellos tiempos y pensando también en ganar horas a favor de la conciliación familiar, el Flamingos elabora un menú para entre 3 y 4 personas por 30 euros con aires nostálgicos, disponible los sábados y domingos a partir de las 12 horas. Además de evitar que uno manche la cocina y pierda un tiempo que es oro, ofrece la opción de que el cliente lleve su propio envase o bien lo pone el restaurante incluyendo el gasto que supone. «Damos la vajilla, cuchillos y tenedores compostables. No queremos contribuir a la contaminación, pero son envases que se cobran porque salen muy caros», indica Villasenín. ¿La respuesta? «Fue muy buena. La verdad es que estamos trabajando la mitad con comida para llevar y la otra mitad con el restaurante. Mantenemos el aforo al 50 % porque queremos que la gente se sienta cómoda», dice.

También Freitas, quien ya ponía en marcha el mes pasado un nuevo servicio de comida para recoger y a domicilio, ha lanzado su propia propuesta playera. Se llama Beach Delivery by Lucía Freitas y tiene hasta su propio logo, una versión cómic de la cocinera a lo vigilante de la playa. Lo prepara cualquier día, con reserva previa (si se pide la jornada anterior, a las 10.30 horas ya está listo el kit de playa). Vale 30 euros y está pensado para dos personas. «Vamos cambiando el bocata. Empezamos con uno jamón asado y ahora es de calamares», comenta la chef.