Rubén Villasenín: «Os rapaces teñen que recuperar a súa saúde física, mental e social»

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Amabul adaptará su Escola Ambiental de este verano a los protocolos del covid-19

01 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Disfrutar de la naturaleza y cuidarla siempre es un buen plan. Hacerlo tras un largo confinamiento que nadie imaginaba es una muy buena forma de disfrutar de un verano inusual, en el que las distancias de seguridad y las limitaciones de movimientos serán la norma.

En este contexto, la Asociación Medioambiental de Vedra (Amabul) ha querido seguir adelante con su escuela ambiental de verano, que arrancará, previsiblemente, dentro de un mes. El programa, con dos turnos, está muy adelantado, pero el presidente de la entidad, Rubén Villasenín, resalta que la propuesta final estará condicionada a los protocolos de prevención de contagios de covid-19 previstos para su fecha de apertura, el 6 de julio.

Villasenín ve clara la necesidad de las familias de disponer de alternativas de conciliación para los meses de verano y también que la oferta permita un contacto cercano con la naturaleza tras semanas de encierro, con el valor añadido de que al aire libre es mucho más fácil fijar distancias de seguridad. «Na nosa asociación consideramos que era vital facer un esforzo para manter a nosa escola de verán, que vai vir moi ben aos rapaces, que levan moitas semanas pechados. Loxicamente, estiveron moito tempo enganchados ás redes sociais, polo que agora teñen que recuperar a súa saúde física, mental e social», argumenta.

Para el presidente de Amabul haber pasado semanas de encierro e incertidumbre puede convertirse en una oportunidad: «Estamos nun momento de crise, e crise é unha palabra do alemán que significa oportunidade, unha oportunidade para reverter unha situación que ven de moi atrás, porque nós consideramos que parte deste problema ven dado polas continuas agresións ambientais e a falta de identificación coa contorna».

Amabul tiene su sede en la Casa das Artes de San Fins de Sales, un edificio municipal que, explica Rubén Villasenín, «temos en custodia compartida co Concello», ya que este centro dispone de una gran superficie verde en la que desarrollar una oferta formativa que incluirá itinerarios ambientales guiados, actividades de conservación del medio, yincanas y el desarrollo de proyectos bautizados como bosque de los insectos y bosque musical, entre otras alternativas.

Según consta en la información de Amabul, todas están planificadas para «repensar a nosa relación coa natureza, trasladando un novo modelo para a infancia e a xuventude».

El entorno natural de San Fins de Sales está abandonado, por lo que la escuela tendrá mucho espacio para trabajar, sobre todo si el buen tiempo ayuda.

Sobre los retos para desarrollar la actividad en un momento tan complejo como el actual, Villasenín reconoce que las asociaciones sin ánimo de lucro como Amabul están acostumbradas «a traballar na complexidade».

La escuela funcionará con menores agrupados por edades (nacidos antes del 2008, y nacidos entre el 2008 y el 2013) y una ratio de una persona del cuadro docente por cada cinco menores.

Del 6 al 31 de julio han previsto el campamento infantil «O bosque sensorial» y el juvenil «O bosque do lecer». En agosto, el esquema será similar, pero cambian los programas, denominados, respectivamente, «O bosque da cor» y «O bosque cultural».

La previsión es que cada campamento admita una veintena de inscripciones, «pero se temos corenta, non imos deixar a vinte rapaces sen actividade, porque sabemos que hai moitas familias que necesitan este tipo de actividades, porque non vai haber tanta oferta de campamentos como en anos anteriores».