La restauración de la rejería de la Catedral avanza pese al coronavirus

Margarita Mosteiro Miguel
marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Xoán A. Soler

Los herreros hicieron réplicas de piezas para adelantar trabajo, y Patrimonio mantiene el seguimiento por vía telemática, y retoma las visitas en el taller

18 may 2020 . Actualizado a las 14:11 h.

En los primeros días del confinamiento, cuando aún albergamos la esperanza de que el encierro en casa iba a ser cosa de unos pocos días más, los expertos de la empresa Chago apuraron los trabajos para retirar la rejería de la Catedral y trasladarla a su taller. La idea era comenzar lo antes posible con su restauración, pero el coronavirus ralentizó los planes. Durante estos más de dos meses de confinamiento estricto, los técnicos de Patrimonio no realizaron tareas presenciales pero se mantuvieron atentos a los avances, y se realizaron seguimientos por vía telemática y telefónica. Incluso se realizaron una serie de pruebas, de las que se esperan los resultados. Santiago Martínez Otero, el responsable del taller, apuntó que "os prazos están axustados,  pero a restauración marcha con normalidade polo apoio de Patrimonio", y confía en que puede empezarse a trabajar sobre la pieza en breve tiempo. 

En la rejería trabajarán cinco profesionales, que dominan las técnicas que se emplearon en su día para fabricar la reja, y ante la premura de tiempo es probable que se incorporen otras dos personas, cuando arranquen los trabajos de restauración. Con la intención de adelantar trabajo, Santiago Martínez comenzó a fabricar réplicas de piezas, que «xa vexo eu que están danadas e que terían que substituírse», pero la última palabra es siempre de los técnicos de Patrimonio. «Están feitas. Se se poñen xa o dirán, pero así imos adiantando traballos», señala.

Los daños de la rejería, que fue objeto de diversas intervenciones con mejor o peor fortuna a lo largo de los años, no se conocerán con exactitud hasta que se retire todo el óxido y eliminen las capas de pintura. Solo entonces, según explica Chago, se sabrá que piezas son irrecuperables y tienen que ser sustituidas por unas nuevas, que serán fabricadas siguiendo las técnicas de los herreros de la época de construcción de la rejería. En este caso, la sustitución se recogerá en la documentación para evitar, en el futuro, falsos históricos. Otras piezas, aún estando dañadas, podrían no reponerse, al no verse afectada la estructura.