Condenado por amenazar al profesor de su hijo: «Te tengo que pillar fuera para educarte»

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El director del IES compostelano confirmó la versión del docente

16 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los profesores a menudo se quejan de que los padres de sus alumnos tienden a ponerse de parte de los niños y llegan incluso a tener actitudes intimidatorias con ellos. Ese fue el caso que vivió un docente en un instituto de Santiago y el progenitor en cuestión ha sido condenado por amenazarle. Según se ha declarado probado, le dijo: «Te tengo que pillar fuera para educarte», versión que fue corroborada por el director del centro, que declaró haber escuchado «si te cojo en la calle, te educo fuera».

El caso se remonta al 20 de junio del 2019 y cuenta con una sentencia inicial del 24 de julio de ese mismo año en la que ya se condenaba al padre por un delito leve de amenazas a la pena de un mes de multa a razón de cinco euros diarios. Es decir, 152,5 euros, a lo que se sumaban las costas del proceso.

El padre del alumno presentó recurso de apelación frente a la sección compostelana de la Audiencia Provincial, que acaba de rechazarlo confirmando el fallo, contra el que ya no cabe recurso ordinario alguno.

En el caso de que el padre del alumno incumpla la pena y no satisfaga la multa, tendría que hacer frente a un día de privación de libertad por cada dos cuotas no abonadas. En ese caso, para saldar su pena, podría escoger entre permanecer en régimen de localización permanente o realizar trabajos en beneficio de la comunidad.

Tanto el juzgado de primera instancia como después la sección sexta de la Audiencia, que es la que tiene su sede en Santiago, han dado total credibilidad a la versión del docente, que contaba como testigo con el director del instituto. Ambos corroboraron que sobre las 11 horas de aquel día, el condenado acudió con su hijo al centro sin pedir cita previa ni avisar y que mantuvo una conversación en tono intimidatorio con el docente, que al ver el cariz que estaba tomando la situación fue a avisar al director.

Fue en ese momento, según se declara probado en la sentencia, cuando el padre del alumno persigue al profesor «a lo largo del pasillo, llegando a la zona de la dirección» y fue allí donde le dijo delante del máximo responsable del instituto «te tengo que pillar fuera para educarte». Lo hizo de forma agresiva, por lo que el director le aconsejó que se marchara del recinto, a lo que el condenado accedió.

La Audiencia considera que la versión del profesor ha sido «persistente y verosímil» dando «una explicación convincente de los hechos» al relatar como el padre de su alumno «le siguió por el instituto durante un largo trayecto, increpándolo en un tono falto de respeto» y que le dijo «que le iba a pillar fuera para educarlo», ante lo que «sintió temor por la actitud violenta» y entendió que con esa expresión «le estaba amenazando» con que «si lo cogía fuera del instituto le iba a pegar», algo que, añade la sentencia, le hizo sentir «miedo y estrés».

El director del instituto declaró como testigo en el juicio y dijo haber oído algo parecido a «si te cojo en la calle, te educo fuera» y que él lo interpretó como una amenaza, por lo que vio «lógico» que el profesor lo valorase del mismo modo por la «actitud violenta» que mantuvo el padre del alumno.

Una discrepancia por las notas, el detonante

La razón por la que el padre condenado acudió aquel día al instituto compostelano para increpar al profesor de su hijo fue una discrepancia por las notas del chico, un conflicto que el tribunal entiende que hizo que la amenaza proferida fuese considerada «seria y creíble» en el actual contexto social, que destaca expresamente la Audiencia Provincial al señalar que «no se puede ignorar que cada vez son más frecuentes las agresiones de padres a profesores de sus hijos». Otro de los aspectos de este caso de los que hay que tomar nota es que la sala no estima, como pretendía la defensa, que el testimonio del director corroborando el del docente de su centro pueda desecharse por el mero hecho de que son compañeros de trabajo, algo que «no es suficiente para cuestionar la veracidad y credibilidad» de su versión de los hechos.