Negreira también despidió el pasado domingo la caravana que cada fin de semana intentó alegrar a los vecinos durante seis semanas a golpe de luces y sonido de sirenas de los vehículos de la Policía Local, ambulancias, Protección Civil con música y la mascota Oly (de la orquesta Olympus), o los agentes ambientales y las motobombas del Distrito IV. Se despidieron en la plaza das Brañas formando una especie de mosaico para celebrar el Día de la Madre. Como era de esperar, y como se merecían, la despedida llegó ante ventanas y balcones repletos de residentes que no escatimaron aplausos por haberles hecho más llevadero el largo confinamiento con su particular recorrido.