«La crisis nos cogió con la despensa llena y resistiremos unos meses»

M. M. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

06 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Concha Rey, presidenta del Banco de Alimentos Rías Altas (Balrial), vive estos días de alarma sanitaria un sin parar debido al incremento considerable de demandas de alimentos, pero también a la búsqueda de soluciones para resolver el problema de las entidades habituales que «no pueden acudir a recoger sus lotes».

-¿Cómo se solucionó la falta de medios de las entidades sociales?

-Los ayuntamientos se están volcando, y los voluntarios de Protección Civil están dedicando horas y horas. En A Coruña, la respuesta del Ayuntamiento fue óptima desde el minuto uno. Y los demás también se han implicado. En Santiago, casi pararon todas las entidades y el Concello realizó repartos con Protección Civil. Muchas entidades que recogen los alimentos están cerradas, y la mayoría son atendidas por personas mayores y colectivos de riesgo que no pueden salir a la calle.

-¿Hay despensa para soportar esta crisis sanitaria?

-Nunca es un buen momento para vivir una situación como está. Ojalá no hubiera llegado nunca, pero la verdad es que nos pilló en el mejor momento. Las despensas estaban llenas. Tanto en Santiago como en A Coruña y Ferrol hay alimentos para resistir unos meses. El lote que llega del Fondo Europeo, por medio de la Federación Española de Bancos de Alimentos, estaba aquí, y tenemos reservas de la gran recogida. Será complicado hacer el mayo solidario, pero tengo que agradecer los donativos que llegan al Banco sin pedirlos. La solidaridad es inmensa.

-¿Puede quedarse sin suministros alguna de las tres sedes?

-Las tres sedes tienen suministros, y en el almacén central de A Coruña hay una reserva para atender las necesidades que surjan en los tres.

-Hace unos días comentó que se reciben peticiones de particulares en el Banco. ¿Siguen esas llamadas?

-Todos los días se reciben entre 15 y 20 llamadas de particulares. La gente está muy agobiada, especialmente cuando hay niños. Los colectivos que venden en los mercadillos no tienen ingresos. Antes no eran usuarios, ahora no tienen otra opción. Los cientos de trabajadores en ERTE necesitan ayuda. Cuando llaman les insistimos en que en Santiago y Ferrol llamen a Servicios Sociales, y ellos nos dan la petición. Y en A Coruña se recogen las peticiones en los centros cívicos y ellos lo tramitan.