El túnel del Hórreo absorberá el tráfico de Restollal para obrar en el vial de Sar

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

En buena medida, el tráfico se derivará por Santiago de Cuba y el subterráneo para evitar el colapso de la rotonda de Galuresa

10 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin más evidencia sobre el terreno que la roza practicada ya a finales de la pasada semana, ayer comenzó la ejecución de la reforma de la calle Clara Campoamor para acondicionar los accesos que precisará la nueva estación de autobuses que construye la Xunta. Inicialmente, los trabajos sobre el vial no afectarán al tráfico. Lo harán más adelante, ya sea reduciendo su capacidad o a través del cierre total de la vía. En cualquier caso, sus usuarios deberán buscar alternativas en breve. Y para quienes no lo hagan antes de llegar al Restollal, el Concello tiene intención de encaminar hacia la avenida Santiago de Cuba los vehículos que quieran acceder al centro a través de la rotonda del Castiñeiriño.

Ya sea obligación o recomendación (las medidas las harán públicas en unos días los ediles de Mobilidade y Obras, Gonzalo Muíños y Javier Fernández, respectivamente), el desvío del tráfico en ese punto no solo pretende orientar a los usuarios afectados por el cierre o la merma de capacidad de Clara Campoamor, sino evitar el colapso de la rotonda de Galuresa. «Imos procurar derivar o maior volume de tráfico posible polo túnel do Hórreo», a través de Santiago de Cuba, para obviar, «na medida do posible, a utilización do Restollal», afirmaba ayer el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo. Se trata de evitar que todo ese tráfico «coincida na rotonda de Galuresa e que poida producir un colapso aí».

Doble actuación en Concheiros

En la avenida de Lugo y Rodríguez de Viguri ya se circula con restricciones desde hace una semana por las obras que la Xunta ejecuta en el cruce de Concheiros y en los tramos de ambas avenidas que confluyen ahí. De momento, y aunque se notan los horarios laborales de la Xunta, «vai funcionando aceptablemente». «A xente vaise adaptando ben aos cambios» en la reorganización del tráfico, dice Muíños.

En torno a dos meses, o algo más, se adjudicarán también las obras de reforma de la calle Concheiros, en este caso con financiación municipal, como la de Clara Campoamor, que habrán de estar para el 2021, año santo. Y ahí la afectación al tráfico general será total. La calle se cortará. De otra forma no será posible que esté reurbanizada para la época de mayor afluencia de peregrinos. Aun cerrando la calzada será más que difícil que esté ya para la Semana Santa de entonces. Desde luego, «non é nada fácil», decía ayer el alcalde tras la Xunta de Goberno que aprobó el gasto de la obra (más de 2,6 millones de euros, con IVA) y que dio el visto bueno al inicio de la licitación.

Aunque hace días apuntaba más hacia junio, el alcalde aspira a que la obra pueda adjudicarse a principios de mayo y a que el plazo pueda quedar finalmente en nueve meses. Esta última es una circunstancia que dependerá de la oferta ganadora. Y el pliego en este caso puntuará que se oferte doble turno de trabajo para rebajar precisamente el período de obras. De otra forma, Bugallo asume que sería imposible ejecutarla en menos de año y medio. No en vano, aunque se corte el tráfico, «hai que garantir o acceso ás vivendas e o mantemento dos servizos básicos» mientras se interviene en la calle. Y eso condiciona el ritmo.

La actuación llevará pareja la construcción de una bolsa de aparcamiento en Triacastela (unas 35 plazas) para compensar las que desaparecerán en la calle, aunque no serán suficientes. En unos meses se habilitará otro aparcamiento en Altiboia con cerca de doscientas.