Bellaco, una cerveza singular después del cine, un bocado antes del concierto

Juan María Capeáns Garrido
Juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

El nuevo restaurante anima Concepción Arenal, la rúa que vive al ritmo de la Sala Capitol y las sesiones de Numax

29 feb 2020 . Actualizado a las 00:52 h.

Una sala de conciertos, un cine con librería, una peluquería, una tienda de animales, una residencia universitaria y un colegio. A la calle Concepción Arenal, una de las más cortas e intensas del centro de Santiago, solo le faltaba un local de hostelería de referencia para generar un ecosistema que pusiera en valor esa trastienda de la plaza de Galicia depreciada urbanísticamente por un inmueble bancario que nunca estuvo a la altura de su privilegiada ubicación, en la transición del casco histórico y la zona nueva.

El restaurante Bellaco es el punto de encuentro o descompresión que se echaba en falta y que buscaban Matías Cantorna y Borja Magariños, los promotores y socios que se reparten sus papeles respectivamente entre la sala y la cocina. Ambos buscaban un espacio a mano en una calle tranquila y lo encontraron en el número 8, donde siempre hubo una oferta hostelera errática que no conectaba con los visitantes más recurrentes de la zona, movidos por los conciertos de la Capitol o por las sesiones de cine de Numax. Matías y Borja trabajaron en varios restaurantes de la ciudad y en las primeras semanas -abrieron a mediados de noviembre- arrastraron a clientes y conocidos de otras experiencias, pero el local ha ido ganando alma cuando los habituales de estas dos salas culturales asomaban la cabeza y sucumbían a un vino, aprovechando los conocimientos acumulados por el jefe de sala; a una cerveza singular -tienen más de una docena de referencias para el que les guste curiosear-; o a la cocina con productos de temporada que va diseñando cada semana Borja, que también acumula en su currículo una experiencia laboral en Francia. Se nota en su cocina, en sus croque truffe con gouda y lacón ahumado o en su lenguado meunier. Precisamente de estos primeros meses solo lamentan no haber podido darle mayor relevancia a los pescados, pero los temporales complicaron su incorporación a una cesta de la compra que llenan de ordinario en la cercana Praza de Abastos.

Carta cambiante

La carta está permanentemente abierta, pero los precios se sitúan en dos tramos. Entre los 10 y 12 euros de las raciones para compartir (croquetas de jamón de bellota, revuelto de erizos y foie, filloas de cerdo y queso o perdiz con garbanzos); y platos algo más contundentes entre los 16 y 18 euros, como el pulpo a la parrilla con bretones, la costilla de vaca vieja o el pollo de corral. No disparen al cronista si llegan allí y la oferta es diferente, porque ese dinamismo es justo lo que busca el Bellaco, que abre de jueves a lunes de tarde y también de mañana, por si se busca un ambiente menos efervescente. El que lo prefiera se puede arrimar a la barra, ubicarse en las mesas altas o sentarse en la treintena de plazas que se distribuyen en un local donde prima la madera. Con luz y energía, a la altura de calle.