Carlha Gutiérrez: «Buscamos el mejor fármaco para las características del tumor y del paciente»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

OSCAR CELA

Investigadora de la USC y del grupo Oncomet, estudió con pez cebra y con células de pacientes la toxicidad de varios tratamientos

25 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Como «una tesis multidisciplinar, en la que se unieron tres temas importantes: el cáncer, la nanotecnología y los modelos animales. Todo en vías de acercarnos cada vez más a la medicina traslacional [que beneficie al paciente lo antes posible] y personalizada». Así presenta la bióloga Carlha Gutiérrez, natural de Venezuela, su estudio de doctorado, defendido en la USC. Estuvo codirigida por Laura Sánchez Piñón, en el departamento de genética de la Facultade de Veterinaria del Campus de Lugo; María de la Fuente, en el laboratorio del Hospital Clínico del grupo Oncomet; y Rafael López, de este mismo grupo y jefe del servicio de oncología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).

«Trabajé en Lugo, con ejemplares de pez cebra, que es ideal para evaluar nuevas terapias contra el cáncer, y que conseguí en el acuario de Veterinaria. El objetivo principal ha sido evaluar el potenciar terapéutico de diferentes terapias contra el cáncer, incluidas nanomedicinas innovadoras. Buscamos el mejor fármaco para las características del tumor y del paciente», agrega esta investigadora.

Carlha evaluó «la toxicidad in vitro [en el laboratorio] e in vivo de algunos medicamentos utilizados de forma habitual contra el cáncer, como Carboplatino, Irinotecan, Doxorrubicina y Paclitaxel, que son de uso común; y otro recientemente descubierto, Cloroquina, para determinar su toxicidad y perfiles toxicológicos, y verificar cuáles son más y menos tóxicos. Mi estudio se centraba en el cáncer de mama triple negativo, y comparamos los resultados con datos obtenidos en otros estudios de cáncer de pulmón, de mama y de páncreas en humanos. El fin es avanzar para poder decidir en el futuro cuál es el mejor medicamento que se va a emplear en cada paciente», explica.

Además, diseñó y probó una nueva nanopartícula «para encapsular un fármaco antitumoral que si se administra en estado libre es muy tóxico, pero al aplicarse a través de esta nanopartícula se favorece que llegue mejor y de forma más directa a la célula tumoral que interesa en el tratamiento, y que se reduzca su toxicidad. Esa nanopartícula se probó con éxito en el pez cebra, se vio que se reduce de forma significativa la proliferación de células tumorales. Es un paso más, pero hay que realizar muchos más ensayos antes de que llegue a personas», sostiene.

En la investigación trabajó con peces cebra xenotrasplantados [trasplantes entre especies próximas], y con células de tumores de mama triple negativo de pacientes que le facilitaron en Oncomet, pues Carlha no contactó con pacientes directamente. «Los resultados muestran que los valores de toxicidad obtenidos para los fármacos antitumorales in vitro no pueden extrapolarse a modelos in vivo como el pez cebra, debido a que no forman un sistema completo. Y las nanopartículas demostraron ser eficaces en embriones de pez cebra xenotrasplantados con células de cáncer de mama triple negativo, al reducir considerablemente la proliferación celular».

Carlha dedicó cinco años a esta investigación, enmarcada en el programa de doctorado de medicina molecular. Ahora, tras defenderla con éxito, va a dedicarse a «ultimar unas publicaciones y trabajos de investigación que están en marcha», además de perfilar su futuro, dice. Durante su estancia en la USC esta investigadora venezolana se benefició de un programa que le permitió realizar un viaje a Silicon Valley (en California, Estados Unidos) para mejorar su formación. Además, ha participado en una empresa emergente en el campus lucense, con una iniciativa de emprendimiento que en el 2016 destacó la propia Universidad compostelana.