Miguel Taín: «La Porta do Camiño era importante, pero más lo era Porta Faxeira»

Montse García Iglesias
Montse garcía SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

Analiza un manuscrito que describe cómo era Santiago a principios del siglo XVII

05 abr 2020 . Actualizado a las 19:52 h.

«Hay mucha documentación sobre cómo eran los edificios en el siglo XVII, pero visiones globales de cómo es Santiago y cómo viven los compostelanos y del día a día de la ciudad, la verdad es que no hay tantas», asegura el investigador y profesor de la USC Miguel Taín Guzmán. Y, precisamente, esa vida cotidiana es la que relatan los hermanos Juan y Pedro Fernández de Boán en Historia general y descripción del Reino de Galicia, que escribieron en la primera mitad del siglo XVII y en donde ofrecen detalles de cada una de las ciudades y villas más antiguas de las siete provincias. Un manuscrito que ahora recupera Miguel Taín en su parte dedicada a Compostela en el libro La ciudad de Santiago según los hermanos Juan y Pedro Fernández de Boán (ca. 1633-1646), que acaba de publicar el Consorcio y Teófilo Edicións.

Para el investigador y profesor, la excepcionalidad del manuscrito de los hermanos Fernández de Boán viene no solo por esa visión global que ofrecen de la ciudad, sino también porque la describen desde el punto de vista del noble, «con este perfil no hay ningún otro hasta ahora». Mayoritariamente, las descripciones existentes corresponden a peregrinos. Los hermanos Fernández Boán eran de Ourense, uno clérigo y otro había heredado el mayorazgo, y conocían Santiago de visitarlo ya que eran miembros de la nobleza, en realidad, asegura Taín, falsos nobles. Precisamente, una de las razones por la que describieron el Reino de Galicia «es para falsear datos de su genealogía».

¿Y cómo era Santiago a principios del siglo XVII? «Es un momento anterior a la gran renovación barroca de la ciudad y, por lo tanto, todavía muy medieval, con mucho de su patrimonio, iglesias y monumentos todavía construidos en un lenguaje románico o gótico. De ahí el interés, es una ciudad monumental, pero no a la escala que va a tener luego en el barroco», responde Taín. Santiago vivía de la peregrinación, pero también era una ciudad-corte, «y es en donde se reúne la nobleza gallega para las fiestas del Apóstol, de ahí la construcción de la Praza do Obradoiro, la única que era pública entre las que rodean la Catedral». En esta plaza, relata Taín, es en donde se celebrarán los festejos donde participan los nobles y, por la noche, los fuegos. Fuera de la muralla se organizaba una carrera de caballos por la Carreira do Conde. «Con motivo de estas fiestas, las familias nobiliarias de Galicia viajaban a Santiago y se relacionaban entre ellas, algunos incluso construían en el Obradoiro palcos de madera, que eran decorados con tapices», explica el profesor de la USC.

Otra de las cuestiones que aparecen reflejadas en el manuscrito de los hermanos Fernández de Boán son los mercados. Taín detalla que la cita compostelana diaria se celebraba en la plaza de Mazarelos -«en Mazarelas, que se llamaba en femenino»-. Después, había una serie de días al año «donde se celebraba una gran feria, donde venían de todos los lugares de Galicia, de Castilla y de Portugal. Tenía lugar en una explanada que ahora no existe como tal, porque es la de San Clemente, que hoy son jardines». Taín añade que «siempre pensamos que la Porta do Camiño era la más importante de la ciudad, porque siempre la vinculamos con la peregrinación, pero la más importante era la Porta Faxeira, que es la que recibe los caminos que van a la costa, a los puertos, por donde entraban las mercancías». Además, los hermanos se fijan en algunas de las últimas obras que monumentalizan la ciudad, como el Hospital Real, el colegio San Clemente, la urbanización de la Praza da Quintana y la «remonumentalización» de la Catedral hacia el Obradoiro, con la construcción de la escalinata actual. «Era una ciudad que, como hoy, vive de los peregrinos, todo esta organizado en función de ellos. Se habla de la peregrinación como un fenómeno medieval y es equivocado; la peregrinación sigue activa en el siglo XVII», afirma Taín.

El manuscrito original de los hermanos Fernández Boán «no se sabe dónde está, o se ha perdido o no está localizado». Así que Miguel Taín ha trabajado durante varias años con una copia que se hizo para Manuel Murguía, que supo de la existencia del original, y que conserva el catedrático emérito de Historia de la USC Xosé Ramón Barreiro Fernández. Ahora, el investigador ya piensa en nuevos trabajos. El reto, dice, es «despertar el interés de las nuevas generaciones por la historia y la cultura».