La principal novedad de su investigación está «en el diseño de nanocápsulas, que solo liberan el fármaco al aplicar una serie de ultrasonidos. Se obtienen los mismos niveles en sangre que cuando se administra el t-PA en su forma normal. Esto favorece que, desde un punto de vista clínico, en un futuro, después de muchos experimentos, que aún faltan, podría llegar a ocurrir que se reduzcan las complicaciones actuales del tratamiento y beneficiar a un mayor número de pacientes. La nanocápsula aumentaría la concentración del fármaco t-PA en el lugar donde se pretende liberar para que sea efectivo; sería menos tóxico y se conseguiría una mayor eficacia», sostiene.
Pero para el posible beneficio y avance en pacientes falta mucho trabajo, insiste Clara. De momento la investigación la realizaron en animales, e in vitro en experimentos de laboratorio: «En pacientes aún no hemos hecho nada. En animales hemos realizado experimentos previos. Ahora avanzamos en el estudio del efecto terapéutico de las cápsulas; trabajamos en modelos de isquemia en animales, para probar que funcionan bien las cápsulas y van hacia el trombo. Queda mucho para que llegue a pacientes».