Olalla López Costas: «Llevo diez años en la USC y no sé si podré seguir investigando en Galicia»

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Trabaja con contratos precarios, pese a ser líder en el campo de la antropología física

29 ene 2020 . Actualizado a las 10:44 h.

A raíz de su publicación en la revista Science of the Enviroment, la sociedad gallega en general, y la compostelana en particular, tuvo conocimiento de un importante trabajo de investigación, liderado por la doctora Olalla López Costas, en el que se demostraba que los efectos de la contaminación sobre los humanos no era algo reciente, sino que ya afectaba a la vida de las personas en la época romana. La joven investigadora, junto con el equipo del grupo EcoPast de la USC y la colaboración de estudiosos de Suecia, Reino Unido, Alemania y Bélgica, llegó a esta conclusión tras analizar restos de plomo y mercurio en huesos humanos hallados en el yacimiento de A Lanzada, lo que se explica, principalmente, por la exposición de los habitantes de esa época a la contaminación de las explotaciones mineras.

Es una más de las líneas de investigación en las que trabaja esta incansable estudiosa de Vigo que, por su trabajo, su brillantez y su dedicación, formó parte, con todos sus méritos, del laboratorio de Antropología Física de Granada, «el mejor del mundo», subraya. Y pese a ello, y a los diez años posteriores con contratos en la Universidade de Santiago, ve peligrar su futuro por la falta de estabilidad de los proyectos de investigación en Galicia. «Mi siguiente reto es mantener la línea de investigación que llevo en Galicia, pero lo veo difícil. Llevo diez años con contratos en la USC y no sé si podré seguir investigando en Galicia. Es un sistema muy precario en el que mi posible continuidad es complicada, así que tengo que plantearme dónde puedo desarrollar mi trabajo con tranquilidad en un puesto digno». Tiene claro que seguirá estudiando los restos biológicos de los yacimientos gallegos, pero podría hacerlo en otra universidad que le garantice la continuidad que no le ofrece Galicia. «Lo seguiré haciendo, pero en las revistas y en los medios de comunicación pondrá: ‘La Universidad de Estocolmo descubre...’ en lugar de ‘La Universidade de Santiago descubre’...».

Resulta increíble, tras repasar su interesante currículo. A través del grupo EcoPast, que estudia la relación entre los humanos y otros animales con el medio ambiente, Olalla López y sus compañeros analizaron los huesos, los sedimentos y los restos biológicos hallados en los principales yacimientos de Galicia para llegar a conclusiones como la que justifica el estudio relacionado con la contaminación. Pero no solo eso. A lo largo de los diez últimos años llevaron a cabo estudios moleculares para saber cómo eran esas antiguas poblaciones, cómo se alimentaban o si eran originarias de la zona o formaban parte de grupos migratorios. Todo ello, para elaborar un perfil de sus moradores: «La mayor parte de la población era local, no había grandes migraciones. Y la alimentación era muy diferente según viviesen en la costa o en el interior. Antes del descubrimiento de América se alimentaban, sobre todo, del cereal conocido como millo miúdo. Se pasaron 2.000 años comiéndolo, y a partir del siglo XVII, desapareció y se sustituyó por el maíz. En la costa, en cambio, se comía muchísimo pescado; es quizás la población que más pescado comía en Europa». ¿Y carne? «Muy poca, solo las élites, por eso la encontramos en los restos de la Catedral de Lugo. Pero las clases bajas se alimentaban, sobre todo, de vegetales».

Aunque la investigadora recogió muestras en la mayor parte de los yacimientos de Galicia y norte de Portugal, su lugar preferido es la necrópolis de A Lanzada. «Es nuestro yacimiento estrella, tanto yo como el antropólogo Rafael Martínez somos unos enamorados de A Lanzada».

Olalla López es una enciclopedia abierta, llena de talento, disposición y optimismo. Como para dejarla marchar...