Colegios y 061 controlan a 278 niños con riesgo de sufrir una crisis aguda

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El programa Alerta Escolar forma a docentes para que sepan actuar ante una patología que se ha descompensado

27 ene 2020 . Actualizado a las 22:28 h.

La Consellería de Educación puso en marcha en el curso 2007-08 el programa Alerta Escolar en colaboración con la Fundación 061. Su objetivo es dar una atención inmediata y eficiente al alumnado que tiene una enfermedad crónica y que puede desarrollar en cualquier momento una crisis aguda. Pequeños diabéticos con riesgo de sufrir una hipoglucemia, alumnos epilépticos que podrían tener una crisis convulsiva o estudiantes con alergias alimentarias graves que desemboquen en un shock anafiláctico. Son las patologías principales que se recogen en este programa y que hacen que profesores y sanitarios del 061 tengan que estar siempre alerta.

Desde que empezó, el número de centros educativos adheridos fue aumentando hasta el punto de que ahora están todos, y desde hace unos años se han incorporado las escuelas infantiles de cero a tres años. Es decir, el programa abarca a niños desde los 0 hasta los 16 años, tanto de centros públicos como privados. Hay más de seis mil alumnos inscritos y de ellos 278 están escolarizados en el concello de Santiago. En el vecino Ames el número es considerable también, 138; mientras que en Teo hay 51 estudiantes que forman parte de este programa. En el resto de la comarca hay 31 pequeños en Brión; 14 en Vedra; y siete en los municipios de Boqueixón y Val do Dubra respectivamente.

No solo los docentes tienen que recibir formación para actuar ante una posible crisis, sino que el 061 tiene localizado al escolar, por lo que en el momento en el que el personal del colegio o instituto llama a emergencias, los sanitarios pueden acceder directamente a su historial y guiar a los profesores mientras no llega la ambulancia.

¿Y quién forma parte de este programa? Casi la mitad de los escolares inscritos tienen una alergia alimentaria o a las picaduras de himenópteros -abejas o avispas-; pero son los niños con diabetes y epilepsia, fundamentalmente estos últimos, los que generan más actuaciones de urgencia porque no precisan de un agente externo para sufrir una crisis. Aunque no siempre que se activa esta alerta existe una urgencia vital -desde el 061 animan a llamar ante la más mínima duda-, en solo un año la central recibió unas 1.200 llamadas de distintos centros educativos de Galicia, por menores que sufrieron algún problema relacionado con su enfermedad.

«Recuerdo a una niña a la que un profesor le pinchó la adrenalina, probablemente le salvó la vida»

Carlos Mirás Bello es el coordinador de este programa en el 061. Un programa que cada vez recibe más solicitudes para incorporarse, en parte porque aumenta el número de niños alérgicos. Evidentemente solo entran aquellos que tienen una alergia grave, así como pequeños con riesgo de sufrir una hipoglucemia o una crisis epiléptica. ¿Y qué tienen que hacer guarderías, colegios e institutos para participar? «Tener la medicación de rescate depositada en los centros, una formación previa y llamar inmediatamente al 061 si ocurre una urgencia», dice Mirás. Uno de los consejos que da el coordinador del programa es que siempre que se llame al 061 se haga desde un teléfono móvil al lado del alumno que tiene la emergencia, y no desde un fijo, «es importante visualizar al niño en todo momento sin perderlo de vista, por lo que lo mejor es que llame el profesor responsable del alumno en ese momento, así le vamos dando consejos e indicaciones de cómo actuar mientras no llegan nuestros recursos sanitarios».

En más de diez años de funcionamiento, Alerta Escolar ha demostrado su buen funcionamiento, «recuerdo el caso de una niña alérgica a la que un profesor tuvo que pincharle la adrenalina y se le envió la ambulancia medicalizada, gracias a la actuación del docente, que siguió nuestras indicaciones, probablemente le haya salvado la vida a la pequeña», recuerda Carlos.

No obstante, Bello apunta que falta todavía una mayor formación tanto entre los docentes como entre la población en general en primeros auxilios, sobre todo en reanimación cardiopulmonar, «algo que ahora está parado y sería conveniente relanzar».