«El cambio que hubo en Santiago a partir del año 70 fue brutal»

La Voz

SANTIAGO

20 ene 2020 . Actualizado a las 08:20 h.

Este compostelano de 66 años (en octubre hace los 67) se crio en un Santiago completamente distinto: «Recuerdo llevarle comida a la gente para los animales, hasta en A Quintana, porque tenían las cuadras debajo de donde se vivía». «El cambio que hubo en Santiago a partir del año 70 fue brutal. Fue cuando se tiraron las casas de Vista Alegre y San Caetano. Ya en el 74 se comenzaron a hacer las de Guadalupe y, en el 76, el Burgo de las Naciones. «Te podría dibujar al detalle cómo estaba antiguamente todo», dice Manolo Seoane.

Él también fue testigo directo del «cambio continuo» del mercado de abastos santiagués. «En aquella época estaban distinguidos los puntos de venta en función de la comarca de la que venían. Estaban los de la parte de la montaña (Sigüeiro, A Sionlla...) y los de la parte de A Maía o Santa Lucía; y los productos eran totalmente distintos. Ahora, ya casi no hay aquellas manzanas, castañas y nueces típicas de la montaña y los grelos vienen casi todos de Santa Lucía... los de la otra zona no son tan dulzones, porque la tierra es lo que le da el gusto a la berza», dice este hijo de agricultores. Acepta que ahora hay más variedad en la Praza de Abastos, pero extraña las calidades de antes.

Esposo de cocinera, su plato favorito son los huevos fritos con patatas y chorizo. A la clientela ofrece comidas más ligeras, mucho producto de temporada y tres clases de ensalada cada día. Manolo habla del cambio de alimentación y cuenta una anécdota: «Tuve un cliente al que en 1975 le regalaron medio cesto de percebes, unos tres kilos. Me dijo que ese día no iba a venir a comer. Apareció a las tres. Se los había dejado a una parienta para que se los preparase y ella, que no conocía los percebes (como tanta otra gente de Santiago), los había plantado en tierra como si fueran patatas».