Bugallo busca un pacto presupuestario sin desechar una cuestión de confianza

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El gobierno prevé aumentar el gasto social y reforzar el servicio de Axuda no Fogar

11 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno municipal abrió ayer contactos con los grupos de la oposición para conocer su disponibilidad a negociar los presupuestos del 2020. Su posición minoritaria le obligará a asegurarse la abstención del PP o de Compostela Aberta (CA), o el apoyo expreso de alguna de esas formaciones. Son las dos combinaciones de mínimos posibles para sacarlos adelante en un contexto de acuerdo. Pero el entendimiento no es la única fórmula. La ley permite vincularlos también a una cuestión de confianza, y Bugallo no dudará en hacerlo si observa que la vía del diálogo no prospera. No sería lo deseable, asumía ayer, pero tampoco quiere que los contactos se enreden más de lo imprescindible, con enero ya bien iniciado y tratándose de los presupuestos previos a un año jacobeo.

El regidor pone el horizonte temporal para la aprobación de las cuentas en febrero. No para el cierre de un acuerdo en torno a un presupuesto que tendrá intervenciones «notables en investimento e en política social» y que rondará los 117 millones -un 6 % más de los casi 110 millones del que funcionó desde mediados del 2019-, sino para que el pleno pueda darle el visto bueno. Y eso sitúa cualquier posibilidad de pacto hacia finales de enero. El procedimiento requiere posteriormente varias semanas para su encaje administrativo.

Ese es el escenario temporal que exponen los socialistas, y el primer motivo de queja entre la oposición. Aunque los tres grupos han mostrado su disposición al diálogo y al entendimiento, tanto populares como CA y los nacionalistas han echado en falta la presentación de un borrador por parte del gobierno.

Lo que para el ejecutivo era un primer encuentro para valorar la disposición al diálogo y las posibilidades de avanzar con los distintos actores en función de esa predisposición, para la oposición ha sido una cita prácticamente yerma. Porque, aparte de un encuentro cordial y de la transmisión oral de las grandes cifras y las líneas orientativas de la acción que pretende el gobierno, no se presentó ningún contenido.

El PP, «

sen trincheiras

»

Y eso, para Martiño Noriega, aleja del realismo la intención de Bugallo de cerrar un acuerdo en enero: por la premura de tiempo, pero también porque «a sensación é de que ese borrador está aínda moi verde». Con todo, si ese calendario es factible, por CA no quedará, porque «seremos proactivos e participativos», apuntaba el exalcalde. «Pero, sen ter aínda un borrador» ese plazo «é ciencia ficción».

Un borrador es lo que reclama también el PP, pese a que los socialistas ya proyectaron «luces e sombras» sobre el presupuesto en la reunión de ayer, dice Alejandro Sánchez-Brunete. «Sen trincheiras presupostarias», el PP mostró su disposición «a ser unha alternativa de apoio á versión compostelá de Podemos, sempre que o proxecto sexa razoable», defendió su portavoz, mientras que la del BNG, Goretti Sanmartín, hacía especial incidencia en las consideraciones del alcalde sobre la vinculación de las cuentas con una hipotética cuestión de confianza.

Bugallo admitiría ligeras demoras en la negociación siempre que vea posibilidades de acuerdo. Pero, en caso contrario, tirará de esa oportunidad: «Non nos gustaría facelo, pero a peor opción é deixar a cidade sen orzamentos». Sanmartín, que también reclama ese borrador y ve en su ausencia la carencia de una propuesta trabajada, observa que la posición de Bugallo solo «amosa a debilidade dun goberno en minoría», cuando lo que requiere este escenario es que el ejecutivo «poña enriba da mesa a vontade de negociar e de chegar a acordo».

Salud buco-dental

En materia social, la propuesta socialista plantea el incremento de gasto para el área en un 10 % (un 18 % sobre las cuentas del 2018). En conjunto, representaría casi el 4 % del presupuesto. Especialmente notable será el incremento para el servicio de Axuda no Fogar. El nuevo contrato se licitará por 2,6 millones (el del 2019 supuso 1,97) para responder a las necesidades que genera el envejecimiento poblacional. También se incrementará la partida de la UMAD y, en convenio con la USC, habrá el programa de atención buco-dental para personas más necesitadas que tanto reclamó Paco Reyes en el anterior mandato.