Comerciantes piden a Raxoi que actúe para limpiar el casco viejo de pintadas

Margarita Mosteiro Miguel
M. Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Compostela Monumental plantea que el Concello inste a retirarlas de locales privados

08 ene 2020 . Actualizado a las 10:39 h.

Las pintadas que tristemente ensucian las puertas, ventanas y escaparates de edificios y locales comerciales cerrados en el casco histórico crispan tanto a los vecinos como a los comerciantes, que reconocen la mala imagen que estas actitudes incívicas dan de la zona noble de Santiago. José Manuel Bello Rey, presidente de la asociación de comerciantes Compostela Monumental, considera que el Concello debería implicarse más y pedir a los propietarios de los inmuebles que mantengan en buen estado sus bienes. «Notificar y si no actúan que lo haga el Concello», defiende Bello.

En opinión de los comerciantes, la realización de pintadas en inmuebles públicos y privados sigue un patrón cíclico. «Pasan temporadas sin ninguna y luego otras en las que se repiten todos los días», describe. Bello pone como ejemplo la pared blanca de una calle que llevaba varias semanas libre de grafitis y que ha vuelto a ser objeto de pintadas hace unos días.

Marcos Pombo, presidente de la Asociación del Casco Histórico, recrimina que ese tipo de atentados contra el patrimonio forman parte de lo que considera una «dinámica de comportamento incívico na zona vella». Además del impacto de las propias pintadas, los vecinos denuncian «os berros, xente ouriñando en diferentes rúas... Son comportamentos que se producen na zona vella e que parecen asentados», lamenta Marcos Pombo. Advierte que se trata de situaciones recurrentes a las que los vecinos asisten impotentes «todas as semanas. Se repiten de xoves a sábado». «Son comportamentos incívicos de determinadas persoas que se dan nunha zona residencial», insiste. Desde el colectivo vecinal sintetizan sus demandas a los que incurren en ese tipo de comportamientos: «Soamente respecto».

A lo largo del 2019 el Concello contabilizó 213 pintadas realizadas en la piedra de edificios del casco histórico, a las que hay que sumar 840 perpetradas en fachadas de hormigón el Ensanche. Estos y otros actos vandálicos costaron a Raxoi 105.000 euros.