«Se puede estar en el casco histórico y vender en Dubái, Estados Unidos o Australia»

La Voz

SANTIAGO

16 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto que empezó a rondar la cabeza de Adriana no fue casual. Con una niña pequeña y viviendo en Bruselas eran habituales los viajes a otras capitales europeas, por ocio o trabajo. Así empezó a conocer tiendas de ropa de niños que se apartaban por completo de las grandes cadenas y que nunca encontró en Galicia. A pesar de que ya era consciente de las dificultades demográficas y del fenómeno metropolitano que ha llevado a las parejas jóvenes lejos del centro, pensó que tenía sentido un «negocio pequeño, singular y que estuviera en el casco histórico». Eran sus tres prioridades. De hecho, cuando Le Petit Coin (El pequeño rincón) abrió en la Rúa Nova, el proyecto de venta por Internet ya estaba en marcha, con una estrategia que le ha valido un reconocimiento autonómico y otro europeo por su carácter innovador. Se apoyó en influencers de la moda infantil para generar cierta expectación por la tienda física, y se trabajó duro su posicionamiento digital.

Hoy recibe pedidos «de Grecia, Estados Unidos, Dubái o Australia», y al mismo tiempo abre cada día las puertas en la zona vieja a un pequeño espacio con aires de boutique europea. Son dos negocios paralelos y así seguirán, «no me planteo otra cosa», porque tiene clientes «fieles» a ambos lados. A unos llega a través del márketing, mientras que los presenciales requieren «más detalles, conocimiento personal y exclusividad», de ahí que en su mercancía, de precios más bien altos, solo llegue una prenda por talla. Sabe que desde la perspectiva del comercio tradicional le ha puesto una vela a dios y otra al diablo, pero es tajante: «La competencia es tan grande que la única salida es diferenciarse».