Francisco Omil: «Los retos ambientales son una oportunidad para crear empresas»

La Voz

SANTIAGO

Sandra Alonso

09 dic 2019 . Actualizado a las 14:13 h.

La situación ambiental es mala en Galicia y queda mucho por hacer, pero el catedrático de Ingeniería Química de la USC, Francisco Omil, no quiere dar un mensaje negativo. Por una parte, cree que los retos ambientales «son una oportunidad para la creación de nuevas empresas basadas en tecnologías limpias», un sector en el que Galicia ha volcado sus esfuerzos. Y por otra, se están realizando proyectos interesantes, como la alianza entre la USC, a través de Ingeniería Química, y empresas como Viaqua, Aqualia, Espina y Delfín o Espina OH, entre otras, para mejorar el tratamiento y depuración de las aguas.

Que la provincia de A Coruña tenga grandes empresas contaminantes y que, pese a ello, la calidad del aire en sus ciudades sea buena, no es una contradicción, advierte el catedrático. «Si nos referimos a la emisión de gases de efecto invernadero, hablamos de un problema global. Otra cosa son los parámetros de la calidad del aire, que en nuestras ciudades vienen determinados no solo por la existencia de fuentes de emisión, sino también por factores como el régimen de los vientos, la orografía, la distancia de las fuentes de emisión... En el caso de Galicia, ese tipo de industrias están en la mayor parte de los casos alejadas de las principales zonas urbanas».

De hecho, no solo hay que tener en cuenta la industria y la contaminación urbana, hay explotaciones consideradas naturales o tradicionales que pueden ser tanto o más perniciosas. «Natural o tradicional no dice nada en lo relativo a la contaminación -advierte el catedrático-. Hay fuentes naturales, como una tormenta de arena o una erupción volcánica, que pueden suponer un serio problema de contaminación. Por otra parte, es muy común que al hablar de contaminación pensemos en industrias, lo que en algunos casos no es muy justo, ya que las hay que, o bien se han modernizado usando tecnologías limpias, o disponen de procesos de depuración que les permiten minimizar su efecto en el medio ambiente. Al contrario, no se suele considerar el ámbito urbano, que es una de las principales fuentes de contaminación (por agua, residuos o emisiones), especialmente en Galicia. Y por supuesto, el rural puede ser una fuente importante de contaminación derivado del uso excesivo de fertilizantes, herbicidas, antibióticos, etcétera. De hecho, las explotaciones ganaderas intensivas, muy frecuentes en países como Estados Unidos, constituyen focos de contaminación muy serios».

¿Comer menos carne?

No hay que dejar de comer carne para salvar el planeta, subraya Francisco Omil, pero la pregunta encierra, a su entender, una reflexión interesante sobre el impacto ambiental derivado de la producción de alimentos y el consumo saludable y responsable de los mismos. «La carne, especialmente la de vacuno, es un ejemplo de alimento cuya producción lleva asociada una importante huella ambiental, por el alto consumo de agua y la generación de emisiones contaminantes. Además, esa huella puede incrementarse cuando hay que recorrer grandes distancias entre los lugares de producción y los de consumo».

El profesor lamenta que las principales ciudades españolas hayan sido penalizadas por la UE por la mala gestión de sus aguas residuales, o que Santiago no tenga todavía una EDAR en condiciones, y subraya que si bien en Galicia hay una amplia red de estaciones de tratamiento, «es preciso avanzar en su correcta operación». Es una de las cuestiones en las que se centra su equipo, que desarrolló patentes para la eliminación de fármacos en las aguas residuales y que forma parte del instituto Cretus, una de las agrupaciones científicas más importantes en el campo de las tecnologías ambientales.