La provincia ya tiene zonas con más plantas invasoras que autóctonas

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

SANTIAGO

CESAR TOIMIL

Concellos como Oleiros y los polígonos industriales, los espacios más degradados

02 dic 2019 . Actualizado a las 19:39 h.

A Coruña ya tiene espacios tapizados de flora invasora. Zonas en las que es más numerosa que las especies autóctonas y este extremo es algo que preocupa a los investigadores de la Universidad y a entidades como la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN). Pablo Ramil, profesor del Instituto de Biodiversidade Agraria e Desenvolvemento Rural de la Universidade de Santiago, explica que los lugares más afectados son los cercanos al litoral, donde se dan las condiciones de humedad y calor para que estas plantas medren a sus anchas. También los terrenos de polígonos industriales, parcelas en las que desde que se mueven las tierras hasta que se construyen las naves pasan muchos años durante los que se van asentando con fuerza estas especies.

«Las provincias con condiciones climáticas más térmicas y con una importante superficie de terreno ocupado por áreas grises (urbanizaciones, polígonos industriales, viarios e infraestructuras, etc), como es el caso de A Coruña y Pontevedra, tienen un mayor número de especies exóticas invasoras, con situaciones más problemáticas, que las provincias con menor termicidad y áreas grises, es decir, Lugo y Ourense», explica Ramil. En algunos casos llegan en los aportes de tierra y en otros en la maquinaria contaminada que ha trabajado en otras zonas. O se usan incluso en ajardinados de rotondas o parterres de estos espacios, donde los expertos denuncian que se plantan especies expresamente prohibidas.

Niveles alarmantes

«La abundancia y densidad de especies invasoras adquiere niveles dramáticos en el área litoral, donde estas afectan a espacios naturales protegidos, alterando la configuración de los ecosistemas y desplazando a las especies nativas: en el parque natural de Corrubedo, en la zona de especial protección de Costa da Morte, Costa Ártabra, ría de Ortigueira y Ladrido», advierte un estudioso que acaba de publicar un extenso artículo sobre el tema. Ramil apunta que la situación también alcanza niveles muy alarmantes en algunos espacios urbanos, donde el crecimiento urbanístico facilita la expansión de numerosas especies exóticas. Y lo mismo ocurre con los grandes polígonos industriales establecidos alrededor de las ciudades. En el de Sabón, en Arteixo, se pueden ver muchos ejemplos, al igual que en el naronés de Río do Pozo y el compostelano ubicado en Rois.

También en las parcelas destinadas a macro urbanizaciones, como la que proyectó Fadesa en Miño, donde los terrenos que quedan desnudos durante décadas se convierten en cultivos que arrinconan a la flora gallega. Ramil cita el municipio de Oleiros como otro de los puntos donde el problema es mayor cada año, porque confluyen las condiciones ambientales con la existencia de muchas áreas ajardinadas privadas «sin ningún tipo de control y menos aún prevención, tanto en propiedades situadas el seno de espacios naturales como en otras áreas de interés ambiental o cultural. En la mayoría en la configuración del jardín se emplean plantas exóticas invasoras, e incluso especies catalogadas como tales en la exigua legislación estatal (Carpobrotus spp., Cortaderia selloana, Fallopia japonica, Tradescantia fluminensis, etc.)», según detalla una publicación del Centro de Extensión Universitaria e Divulgación Ambiental de Galicia, ubicado precisamente en el castillo de Santa Cruz en Oleiros. En este mismo artículo aseguran que casi todas las invasoras se asentaron en el litoral, pero fue la mano del hombre la que las introdujo hacia el interior.

El fuego no ayuda a controlar las plantaciones. Es más, algunos grupos de estudio que se han creado en torno a este problema concluyen que «algunas de estas especies producen infinidad de semillas que perduran en el banco del suelo, y que germinan como respuesta a un estímulo externo como puede ser el humo del incendio. Es el caso de «Paraserianthes lophantha», una leguminosa de porte arbóreo que ha invadido una buena parte de las zonas bajas del monte Pindo, en Carnota, especialmente tras el gran incendio del año 2012». En cuanto a la poda tampoco se realiza de forma adecuada en muchas ocasiones.

La dura chumbera que se hace fuerte en Muros, en la laguna de Louro

 

 

Varios espacios naturales de la provincia se encuentran acosados por la llegada de la dura chumbera (Opuntia). Es el caso del área litoral de la laguna de Louro en Muros, donde se observan formaciones densas, de gran altura, con flores y numerosos frutos, según precisan en el catálogo del Ceida, que señala, además, diferentes variedades de esta planta.

«Fallopia japonica», de China y Japón a jardines urbanos

 

 

Fallopia japonica originaria del Japón y China y que se comenzó a emplear como ornamental en Europa desde hace dos siglos. Está presente en muchas localidades de la provincia y se expande frecuentemente a través de restos de cortas que se dejan abandonadas en el monte o en cualquier espacio. Llegaron por el litoral, pero ya se encuentran en cascos urbanos como Ferrol.

Tapiza campos de cultivo por toda la provincia, sobre todo de maíz

 

 

La Oxalis pes­caprae es originaria del sur de África. También llegó para jardines y ahora ocupa terrenos de cultivo, especialmente en las parcelas destinadas a cultivo de maíz, así como invadiendo distintos tipos de hábitats naturales (sistemas dunares, acantilados, corredores fluviales, prados de siega, etc). Investigadores del Ceida han fotografiado muchas en A Costa da Morte.

Tres grupos de colonizadoras

 

 

Ramil apunta que en A Coruña las especies con comportamiento ecológico invasor que causan problemas de competencia en hábitats naturales se siguen plantando como los eucaliptos (Eucalyptus globulus), las acacias (Acacia dealbata y melanoxylon) o falsa acacia (Robinia pseudoacacia).

El segundo grupo es una larga lista de plantas introducidas como ornamentales: ailanto (Ailanthus altissima), Buddleja (Buddleja davidii), cala (Zantedeschia aethiopica), coniza (Conyza canadensis, Conyza bonariensis), crocosmia (Crocosmia x crocosmiiflora), ipomea (Ipomea indica), margarita del Cabo (Arctotheca caléndula), Oenothera (Oenothera glazioviana), plumeros (Cortaderia selloana), reinutria (Reynoutria japonica), sempreviva (Helichrysum petiolare), uña de gato (Carpobrotus edulis), vinagreta (Oxalis pes-caprae) o yuca (Yucca gloriosa). Y el tercero son las usadas como césped: grama de las Bermudas (Cynodon dactylon), grama de San Agustín (Stenotaphrum secundatum), gramillas (Paspalum dilatatum, Paspalum paspalodes, Paspalum vaginatum) o hierba alambre (Sporobolus indicus).