Las ordenanzas fiscales prosperan tras el acuerdo entre Bugallo y Noriega

rosa martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

El gobierno estudiará, para otra ocasión, bonificaciones al comercio minorista

01 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno del PSOE sacó ayer adelante las nuevas ordenanzas fiscales con el apoyo de Compostela Aberta (CA), formación con la que las pactó hace semanas frente a la propuesta de bajada generalizada del IBI que defendía el PP. Con todo, la nueva política fiscal prosperó sin el rechazo expreso de ningún grupo. Pese al decaimiento de la media docena de enmiendas que formuló el PP, el grupo que lidera Alejandro Sánchez-Brunete se abstuvo, al igual que el BNG, que aun compartiendo los elementos de «progresividade fiscal» que introducía la propuesta no vio encaje para algunas de sus demandas.

Las principales modificaciones afectan al IBI, que baja en su aplicación rústica (del 0,51 al 0,48 %) y sube (del 0,54 al 0,55 %) para los inmuebles urbanos no residenciales de mayor valor catastral, una medida que afecta al 10 % de valor más elevado en cada una de las categorías que fija el padrón impositivo.

El residencial urbano se mantiene en el 0,54 %, según el acuerdo alcanzado entre PSOE y CA en base a una visión compartida de no incrementar la carga fiscal, pero también, y sobre todo, de asegurar el nivel de ingresos municipales para hacer frente a los gastos añadidos que supondrán las nuevas concesiones de servicios, como el de limpieza y el del transporte urbano.

Así lo defendieron la concejala de Facenda, Marta Abal, y el portavoz de CA, Martiño Noriega, quien reclamó la comaternidad de estas ordenanzas. Porque, si bien no recogen la totalidad de sus propuestas, sí responden a más del 80 % de ellas. Ambos coincidieron en apuntar la «progresividade fiscal e o equilibrio territorial» de la nueva política fiscal, además del fomento del empleo, al que van dirigidas buena parte de las nuevas bonificaciones que se introducirán en el 2020 o la mejora de las actuales.

El BNG coincidió en que el acuerdo de ayer demuestra que «se pode facer política social e fiscalidade positiva», aunque no haya apoyado expresamente el acuerdo. Los nacionalistas insisten en introducir el pago a la carta, aunque el gobierno espera a tener la aplicación que permita afrontarlo; y reclaman también bonificaciones en el IBI para las familias monoparentales, no solo para las numerosas. Sanmartín demanda que se estudie alguna fórmula: no se contenta con que el PSOE diga que no se puede si la ley no la recoge, cuando tampoco la veta expresamente.

El PP no vio prosperar ninguna de sus enmiendas -para mejorar, entre otras, las bonificaciones del IBI a familias numerosas y rebajar el impuesto de plusvalías-, aunque optó por dejar sobre la mesa, para un estudio por parte del gobierno, la que demandaba bonificaciones de apoyo al comercio minorista, una iniciativa bien recibida por los demás grupos, pero que requiere estudios previos.

Su aspiración inicial, sin embargo, era negociar una bajada general del IBI con el PSOE, una posibilidad que Bugallo no contempló porque la ciudad no está en circunstancias de asumir, dijo, una minoración de ingresos, aunque Ramón Quiroga (PP) sostiene que la situación financiera de Raxoi (superávit, un importante capital en el banco y una deuda limitada) permite afrontar una bajada. Abal apuntó que la situación financiera es buena, aunque derivada de la baja ejecución «no capítulo de inversións», que vinculó con un «problema estrutural que se vén producindo nos últimos anos». Pero los frentes de gasto que tiene el Concello exigen mantener los ingresos, dijo.