Los impagos y los daños en los pisos empujan a sus dueños al alquiler turístico

Los propietarios de pisos turísticos tienen claro que la falta de seguridad jurídica es la principal razón que los anima a ofrecer sus propiedades en esa modalidad de alquiler en auge. Aunque la rentabilidad económica es siempre una baza a tener en cuenta, el riesgo a que una familia deje de pagar la renta o a que tras la marcha de los inquilinos el piso quede dañado y su dueño tenga que realizar un fuerte desembolso para repararlo, pesa más a la hora de decidirse por destinar la propiedad al alquiler turístico.

En los primeros contactos individuales mantenidos entre la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin) y el Concello, entre Agalin y gestoras de pisos turísticos, y entre las inmobiliarias y la Asociación de Hoteles, esta cuestión se ha presentado como la clave para alcanzar un acuerdo. Aunque las reuniones celebradas hasta ahora han sido individuales, en las próximas semanas habrá nuevos contactos para avanzar en la elaboración de un documento en el que se planteen «propuestas reales» para afrontar conjuntamente el problema de la falta de inmuebles para el alquiler tradicional. Una de las condiciones pactadas en esos contactos es mantener en el ámbito privado «tanto los detalles como los pasos que se están dando», apunta Carlos Debasa, de Agalin, que señala que sí perciben «sensaciones positivas».

Aunque las negociaciones están todavía «muy verdes», las propuestas pasarían por el compromiso del Ayuntamiento de asumir los impagos y los daños de las viviendas destinadas al alquiler general. También se reclaman más controles e inspecciones para que afloren aquellos pisos que están trabajando en el mercado turístico de forma ilegal y sin ningún tipo de control.

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