José Luis Villaverde: «El éxito de BioIncubatech dependerá mucho de capacidades ya instaladas»

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El director del Área de Valorización, Transferencia e Emprendemento de la USC confía en que la incubadora sea el núcleo aglutinador en torno al cual crezca un nuevo sector biotecnológico

27 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

José Luis Villaverde (Santiago, 1963), lleva los últimos 30 años trabajando en la transferencia tecnológica. Dicho de otra forma, peleando para que los descubrimientos académicos se materialicen en avances visibles a pie de calle. Además, el compostelano es desde el 2006 director del Área de Valorización, Transferencia e Emprendemento (AVTE) de la USC y responsable de la gestación de BioIncubatech, una incubadora de alta tecnología con base en el edificio Emprendia (Campus Vida) que servirá para poner el conocimiento al servicio de la creación y aceleración de micropymes dedicadas al campo de la salud y la alimentación.

-El día 15 se abrió la primera convocatoria para la bioincubadora. ¿Están recibiendo candidaturas al ritmo esperado?

-Estamos recibiendo las primeras, aunque yo creo que más importante que las candidaturas formalizadas es la cantidad de empresas que han contactado con nosotros y han mostrado su interés. Hemos recibido cerca de una treintena de consultas, la mayoría de empresas de Galicia y alguna de otra parte de España.

-¿Qué ofrece BioIncubatech que no tengan otras aceleradoras de alta tecnología?

-A diferencia de la mayor parte de aceleradoras, en nuestro caso no ofrecemos financiación directa. En su lugar, además de un espacio de incubación, tenemos programas e infraestructuras de apoyo, como son los laboratorios compartidos, que al final son una inversión en especias. Es decir, si una empresa trabaja en el desarrollo de un producto nuevo puede necesitar de equipamientos científicos con los que está dotada la bioincubadora o la USC. Por ejemplo, BioIncubatech dispone de un laboratorio de cultivo celular, otro de biología molecular y una sala blanca que permite fabricar pequeñas cantidades de productos biotecnológicos en condiciones de asepsia, algo que probablemente no tengan a su disposición todas las empresas. De esta forma se ahorran el tener que comprarse cada una cuatro o cinco aparatos que les costarían unos 200.000 euros y a los que, en muchos casos, no darán un uso intensivo.

-Se han invertido cerca de dos millones en BioIncubatech. ¿En qué plazo se verán resultados?

-Una inversión publica de activación de un sector no se puede evaluar igual que una inversión privada. ¿En qué plazo se podrá empezar a ver el impacto de esta acción en el mercado? Pues, al tratarse de sectores como el de la alimentación y la salud, el desarrollo de productos nuevos suele ser largo. Hasta que salen al mercado hablamos de no menos de cinco u ocho años. En muchos casos el proceso de maduración de la tecnología ya lleva unos tres o cuatro. Hay que tener en cuenta, además, que los productos sanitarios están sujetos a una regulación, que exige una serie de controles y ensayos pautados que pasan, por ejemplo, por hacer primero pruebas en células, luego en seres vivos, en humanos, en ciertos colectivos de personas... Es un proceso que lleva tiempo e inversiones asociadas muy importantes.

-¿Por qué centrarse únicamente en biotecnología sanitaria y alimentaria?

-Son dos ámbitos en los que la USC cuenta con mucha experiencia, trayectoria científica y con una infraestructura científica y tecnológica muy importantes. De hecho, el éxito de BioIncubatech va depender mucho de toda esa capacidad ya instalada.

- Tanto la USC como la Cámara de Comercio, la Xunta y el propio Concello confían en que esta bioincubadora suponga un antes y un después para la ciudad. ¿Qué impacto esperan que tenga?

-La idea es que este proyecto sirva para la generación de esa primera fase de iniciativas empresariales en el ámbito biotecnología con una fuerte base de conocimiento. O sea, que de alguna manera estén basados en resultados de investigación tanto de universidades como de hospitales o centros públicos de investigación, sean de aquí o de fuera, pero que desarrollen su actividad investigadora aquí. BioIncubatech aspira a ser ese núcleo aglutinador en torno al cual vaya creciendo el sector biotecnológico, que ya tiene cierta relevancia a nivel nacional. Con esta infraestructura y otras que se vayan complementando a lo largo del proceso de crecimiento de estas empresas, podría dar lugar a que ese sector potencial se consolide.

-¿Diría que BioIncubatech es el proyecto estrella de la AVTE?

-Sí, pero no por tener un proyecto estrella en biotecnología vamos a dejar de atender a todas las áreas de la universidad. Ahora este proyecto supone un estímulo muy importante y nos ocupa gran parte del tiempo y recursos, pero si hay un resultado de filología que pensamos que puede llegar al mercado estaremos buscando la manera de apoyarlo.

-El AVTE lleva 20 años transfiriendo resultados de investigación, ¿qué retos sigue habiendo sobre la mesa para hacerlo?

-Uno de los retos importantes es conseguir madurar los resultados de investigación para convertirlos en productos y servicios nuevos en el mercado. La misión de la USC es generar y transmitir nuevo conocimiento, pero no generar productos. Para que surjan tiene que haber una empresa que se involucre [...] y comprobar si es rentable algo que hacíamos con miligramos pasándolo a toneladas. Este tipo de saltos creo que son los que faltan. En lo que nosotros tenemos centrados muchos esfuerzos ahora es en ese paso de hacer un plan de negocio, desde lo que tenemos a dónde podríamos llegar, cuales son los riesgos, los caminos a seguir y el dinero que habría que invertir.

-¿Cómo afectó la crisis al área de valorización y a la actividad en el edificio Emprendia?

-La materia prima con la que trabajamos son los resultados de investigación y notamos mucho el efecto de la falta de dinero en investigación por parte de administraciones públicas y empresas. Ahora estamos empezando a percibir que hay una recuperación incipiente en la inversión en i+D.