Mantienen intacta su relación desde que se conocieron en las aulas de las Facultade de Filoloxía de la USC
19 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Cincuenta años de amistad que ha soportado el paso de los años sin más alteraciones que las lógicas de la edad, es lo que une a la promoción de Románicas del 68. Ayer se reunieron 18 amigos, que mantienen intacta su relación desde que se conocieron en las aulas de las Facultade de Filoloxía de la USC. Desde que terminaron y cada uno siguió su propio camino profesional se reúnen cada dos años, en ciudades distintas para recordar los tiempos pasados. Hilda Otero es una de las universitarias de la promoción del 68, que impartió su docencia en diversos centros, entre ellos los IES de Pontepedriña y Rosalía de Castro, donde fue vicedirectora. La cita de ayer tenía un matiz especial, porque se reunieron en un aula del Instituto Galego da Lingua para visionar un vídeo cargado de recuerdos, vivencias y emociones. Las imágenes del vídeo elaborado por José María Folgar, su hijo Esteban y Amparo Martínez despertaron los recuerdos, y pusieron las emociones a flor de piel. No todos los que vivieron sus años universitarios en Santiago pudieron acudir a la cita, porque «la distancia, la gripe de estos días y compromisos previos hicieron que algunos no pudieran venir». La elección del Instituto da Linga no es tampoco casual. Hilda Otero recordaba que, cuando eran jóvenes universitarios, trabajaron en el centro recogiendo datos e investigando en el equipo de Constantino García, y de ahí que se propusiera escoger este centro para conmemorar sus bodas de oro. En la mente de los que asistieron estuvo presente Ramón Castroabuín Torres, uno de los miembros de la promoción de oro, que falleció hace dos meses, en Córdoba, donde impartió sus enseñanzas. De todos los que salieron de las aulas de Románicas, solo una persona se mantuvo alejada de las aulas. Los demás fueron profesores, y tuvieron destinos diferentes en Galicia y fuera, desde Oviedo a Don Benito. Pese a la distancia, la amistad sigue y cada dos años se reúnen para alimentarla. «Aunque hay diferencia de opiniones, la amistad está por encima de todo». Un ejemplo a seguir.
En defensa del planeta
Son Ingegerd Ward y su marido, Bengt Ward. Proceden de la ciudad sueca de Ekerö, en las afueras de Estocolmo, y ayer completaron en Santiago una peregrinación con una causa que nos une a todos y que quisieron proclamar con nitidez: la defensa del planeta ante el cambio climático, que advierten que es «el problema más grande para la humanidad». «Escuchen a los científicos. Debemos parar el uso de combustibles fósiles», proclaman. Sostienen que si ahora no buscamos alternativas, los niños se enfrentarán a un planeta inhabitable. «Debemos dejar un mundo mejor que el actual, no un lugar con incendios, hambre y muchos refugiados», recalcan. Ingegerd y Bengt, que hicieron el Camino desde León, piensan en el futuro de sus ocho nietos.
Con Díaz de Rábago
El sacerdote y misionero Andrés Díaz de Rábago, pregonó ayer el Domund en la compostelana Iglesia de Salomé. El sacerdote, de 102 años de edad, se inició como médico y misionero en China, tras ingresar en la orden de los Jesuítas. Y lo cierto es que ya no abandonó el continente asiático. Después de continuar con su labor como misionero en Filipinas y Timor Oriental, en la actualidad sigue ejerciendo su labor en Taiwán. Además del acto de la tarde de ayer en la iglesia de Salomé, Díaz de Rábago compartió sus experiencias el jueves con alumnos de ESO del colegio Peleteiro.
Premio minero
El Salón Internacional de la Minería ha reconocido en su tercera edición la trayectoria de Alberto Lavandeira, director ejecutivo de Atalaya Mining. Con un amplio currículo, Lavandeira, natural de O Carballiño, dirige en la actualidad la reapertura de la explotación de Riotinto y la reactivación de la producción de cobre en la mina de Touro y O Pino.