Raxoi busca alternativas para que las viviendas vacías salgan al mercado

rosa martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOSÉ DOMÍNGUEZ

Indaga en otras ciudades fórmulas que generen confianza a los propietarios

16 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La falta de vivienda para el alquiler se está convirtiendo en un problema de primer orden para Santiago. Lo evidenciaban este fin de semana las inmobiliarias de la ciudad y así lo asume también el Ayuntamiento, que está buscando alternativas para corregir la incidencia que ha tenido en el «ecosistema» local de la vivienda la irrupción de los pisos turísticos, y más expresamente el uso turístico «irregular que moita xente lle está a dar» a inmuebles residenciales.

Ahí sitúa la concejala de Urbanismo el principal punto de origen de una situación que no solo ha constreñido y encarecido el mercado del alquiler, sino que está «expulsando unha das nosas identidades», la universitaria. «Porque somos coñecedores de que os estudantes están marchando a outros concellos», precisa Mercedes Rosón, dedicada, con su departamento, al estudio de soluciones «transversais» para un problema «serio». Soluciones que han de pasar por aplicarse en la inspección de los pisos turísticos, pero por crear conciencia también, entre los sectores implicados, de la necesidad de garantizar un equilibrio que permita atender el mercado con la vivienda que este demanda y con precios asumibles, porque «están crecendo de forma alarmante», afirma Rosón.

Pero el problema de la vivienda en la ciudad tiene otra realidad paralela: una amplia bolsa de pisos vacíos. Unos 9.000, se estima. Y una de esas soluciones transversales en las que trabaja Raxoi busca, precisamente, medidas que permitan hacerlas aflorar al mercado. Al menos en buena medida, porque la casuística que hay detrás de cada cerrojo es variable. El enfoque, en ese caso, se pondrá especialmente en aquellas que no suben las persianas porque sus propietarios no advierten un escenario lo suficientemente seguro para poner sus propiedades en manos ajenas.

La responsable municipal de Vivenda entiende que deben buscarse alternativas con planteamientos que den esa confianza a los propietarios. Y en ese estudio están: indagando en las medidas que han puesto en marcha en otras latitudes, españolas e internacionales, y analizando la experiencia de Santiago. Porque esas soluciones, algunas experiencias que han funcionado, requieren también del contraste con la propia ciudad.

Respuestas en varios frentes

«Estamos explorando fórmulas novas» que permitan aportar esa «seguridade» para quien recele de la salida de su propiedad al mercado, avanza Rosón, aunque sin apuntar todavía a ninguna vía concreta. «Veremos como se articula, pero o que temos que buscar é unha fórmula legal que se adapte á normativa e permita xerar esa confianza nos propietarios», dice tras identificar como una «alarma real e social evidente» la falta de oferta de vivienda de alquiler, una carencia a la que el Ayuntamiento no puede hacer frente solo con la disposición del suelo de su propiedad.

El Concello tiene terreno disponible para la venta, pero «con iso só non se arranxa», sobre todo cuando no dispone de herramientas de antaño, como Emuvissa, y cuando la crisis lo ha dejado con una estructura más precaria «que fai que as cousas vaian máis lentas». Este es un problema, dice Rosón, que precisa respuestas en varios frentes, una «suma de estratexias e decisións que teñen que ver cunha política de vivenda da que Santiago adoleceu estes anos».

La búsqueda de opciones para animar a los propietarios de vivienda vacía a ponerla en circulación a través de mecanismos que les den confianza no parece reñida con la vía de la penalización a través del IBI, una puerta que abrió CA pero que Raxoi no puede aplicar sin un reglamento que defina normativamente qué es una vivienda vacía. El alcalde decía ayer que esperaba que la Xunta sacase ese reglamento.