Ibon Martín: «El vínculo de mis novelas con el paisaje viene del Camino»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

El escritor vasco sitúa parte de la trama de «La danza de los tulipanes» en Galicia, incluyendo Santiago

05 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de múltiples guías de rutas por el País Vasco y de cuatro novelas autoeditadas de una saga, el escritor vasco Ibon Martín ha dado un salto con La danza de los tulipanes, que ha publicado con Plaza & Janés. «Es un cambio superilusionante pero da vértigo», asegura el autor, que ayer presentó el thriller en El Corte Inglés. La trama parte del asesinato de la periodista más popular de Gernika, cuya muerte fue retransmitida en directo a través de Facebook.

—Ha pasado de autoeditarse a publicar con Plaza & Janés. ¿Qué supone para usted?

—Es un cambio superilusionante pero da también vértigo.

—¿Los escenarios del libro parten de esas rutas por su tierra?

—En todas mis novelas el paisaje es muy importante. Mi vínculo con el paisaje viene de Galicia. En el 97, cuando estudiaba segundo de Periodismo, hice el Camino a pie y me quedé enamorado de esa manera de viajar, de ir poco a poco, de descubrir lugares a pie y, cuando volví a casa, me dediqué a descubrir los paisajes vascos y a hacer diferentes rutas, que recopilé en guías. Me enamora el paisaje. Así que lo primero que hago es enamorarme de un lugar y ubicar en él una historia, en este caso, de suspense y asesinatos.

—El sábado culminó una nueva peregrinación en bicicleta. ¿Encontró nuevos escenarios?

—En todo momento iba descubriendo rincones por Galicia, bosques, las corredoiras... Y era un continuo de imaginármelos como escenarios de novela. Ayer (domingo) paseando por Santiago, con las calles mojadas, en cualquier esquina decía: «¡Qué escenario de novela!».

—En «La danza de los tulipanes» está muy presente Galicia. Santiago, Vigo, Santa Marta de Ribarteme... ¿Por qué eligió Galicia para el desarrollo de parte de la trama que está centrada mayoritariamente en el País Vasco?

—Por una parte, porque me gusta que la novela sea euskandinava, que esa fusión de Euskadi con Escandinavia. Me gusta que sean escenarios muy en el estilo a la narrativa nórdica, que el clima sea relativamente hostil, que el paisaje invite a recogerse hacia dentro... En eso se dan mucho la mano Euskadi y Galicia. Además, desde siempre soy un enamorado de Galicia. He hecho varias veces el Camino y, prácticamente, todos los veranos paso un par de semanas en O Morrazo. Tenía claro que esa primera salida de la trama tenía que ser a Galicia.

—Trata muchos temas actuales en la novela, como el asesinato retransmitido en Facebook. ¿Por qué ese apego a la actualidad?

—Estudié Periodismo así que me parece muy importante que la novela que ya que transcurre en el año 2018 sintamos que realmente refleja la sociedad. Obviamente, el tema de Facebook está muy presente, el hecho de que siempre hay algún psicópata que se dedica a retransmitirlo por Facebook Live. Por otra parte, también hay temas que preocupan mucho en Urdaibai (Vizcaya) —donde transcurre parte de la novela—, como es el furtivismo, la masificación turística...

—Con anterioridad, su incursión en la ficción había dado lugar a una tetralogía. ¿Tendrá continuidad esta novela?

—Me ha encantado desarrollar estos personajes, especialmente, Ane y Julia, que son las grandes protagonistas de la novela, ya que comparten la investigación. Me gustaría que haya nuevos casos que tengan que resolver. Ahora mismo estoy en el proceso de enamorarme de un paisaje para ubicar un crimen.

—Entonces, si ya le enamoró el domingo, podría ser Santiago...

—(Ríe) Podría, podría.

—Usted es periodista, la trama empieza con el asesinato de una periodista, ¿es algo de la influencia de su pasado?

—El periodismo, especialmente el periodismo radiofónico, siempre me ha entusiasmado, por eso estudié. Entonces, hay un cierto homenaje a los periodistas. Pero en la novela también hay algún profesional que tiene un papel bastante negativo, por lo que, desgraciadamente, también refleja lo que hacen algunos periodistas, que por suerte, no son la mayoría. En la novela vemos a una de las ovejas negras.