Los hosteleros advierten de un caos de horarios al fijar cada municipio el suyo

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

ALEXIS REY

Reconocen, no obstante, que el nuevo catálogo era necesario y que «vén poñer orde» en el sector

29 sep 2019 . Actualizado a las 23:11 h.

La publicación del nuevo catálogo de espectáculos y actividades recreativas de la Xunta no convence a casi nadie. Los hosteleros temen que la opción de dejar en manos de los municipios la ampliación o reducción de los horarios supondrá un caos para el sector. Fuentes de Hostelería Compostela indican que esta situación podría conllevar que «o que vale para Ames non vale para Santiago, ou que nun concello se poida abrir máis ou menos tempo».

Los hosteleros apuntan que, de acuerdo con lo propuesto, no se fija una directriz para determinar las condiciones para establecer uno u otro horario, sino que «queda todo nas mans de cada goberno municipal». Indican que una opción podría ser la de vincularlo a zonas saturadas, pero «non hai nada establecido. Cada un fará o que lle pete». Lamentan, además, que se aumente la carga de trabajo extraordinario a los ayuntamientos, cuando «todos sabemos os seus problemas de persoal».

Por si fuera poco, la decisión de eliminar la licencia de karaoke e incorporar esta herramienta en los pubs supondrá que un profesional necesite de permiso especial para ofrecer un concierto en directo; mientras que cualquier cliente podrá cantar a la hora que quiera sin autorización, lo que no deja de ser curioso. En este sentido, los hosteleros señalan que el nuevo catálogo de la Xunta «copia» en parte la ordenanza municipal de ruidos de Santiago -que vino a regular la música en directo en los establecimientos-, pero provoca una contradicción entre las normas fijadas por el catálogo y el código técnico de edificabilidad cuando fija los «aforos segundo os metros cadrados». «O catálogo é máis restritivo que o propio código», afirman.

Según el catálogo, un local con licencia de café bar o discoteca podrá ofrecer conciertos en directo sin permiso específico, pero cumpliendo las condiciones acústicas y de seguridad, si tiene un aforo de menos de 75 personas. Si supera este aforo necesitará un permiso especial que tendrá que otorgar cada concello, y solo podrá ofrecer seis conciertos al año. Para recibir la autorización, el local tendrá que realizar la petición de todos los conciertos al mismo tiempo. Desde el sector consideran que en Santiago todos los locales estarán dentro del segundo grupo: «Un local de 45 metros cadrados tería un aforo de 90 persoas, xa son máis das 75; e non creo que haxa moitos de menos de 45 metros cadrados», explican.

Un año para revisar las licencias

Al margen de los detalles que ven más «absurdos» en ese articulado, fuentes de los hosteleros consideran que, salvo rectificación, los ayuntamientos están obligados a revisar todas las licencias de hostelería para adecuarlas al nuevo catálogo. El problema es que, para este trámite, «Santiago ten un ano», por ser un municipio de más de 20.000 habitantes. Los de menor población tienen dos años para hacerlo.

Desde el sector se considera que será imposible que Compostela cumpla ese plazo, porque «no Concello hai esperas moi longas para unha nova licenza. Nun ano non fan nin a metade do traballo».

Pese a las críticas lanzadas desde el sector, también hay cuestiones positivas. El colectivo reconoce que el catálogo era un documento muy necesario y que «vén poñer orde no sector». Fuentes de Hostelería Compostela aplauden que la nueva norma permita definir estrictamente las condiciones que tiene que reunir un determinado local para ser café-bar, discoteca o restaurante. También ven con buenos ojos la eliminación de determinadas clasificaciones que conducían a confusión. La eliminación de los tablaos flamencos tampoco desagrada al sector. En lo que hay cierto malestar es en el adelanto del horario de cierre de las cafeterías, que pasan de tres de la madrugada a las dos y media; y el de los cafés espectáculos, que se fija para las cuatro de la madrugada frente a las cinco actuales. También las verbenas se recogen en este documento, y se consolida la decisión de que no pueden prolongar sus actuaciones más allá de las tres y media.

pros y contras

Clasificación y horarios

Los hosteleros ven bien el catálogo en materia de definición de los tipos de establecimientos y la claridad en sus clasificaciones, pero evidencian cierto malestar por el adelanto de los horarios de cierre en varias tipologías de locales.

El Concello confía en tener más tiempo para hacer el trabajo

La concejala de Urbanismo, Mercedes Rosón, reconoce que el Concello no podrá cumplir el plazo de un año fijado en el catálogo de espectáculos para adaptar las licencias al nuevo documento autonómico. Dado que se eliminan varios tipos de establecimientos de hostelería, también existen dudas acerca de qué ocurrirá con las licencias antiguas que disponían en sus condiciones de permiso para unas actividades que ahora no podrían realizar.

Desde el Ayuntamiento se confía en que durante el período de alegaciones y sugerencias ya sean los propios municipios o la Fegamp los que planteen la necesidad de ampliar los plazos para la revisión de todas las licencias. Un año, para Santiago, es poco tiempo, pero Rosón reconoce que no es un problema exclusivo de la capital, sino de todos los municipios.

Poco personal

La razón para no poder hacer este trabajo en un año no es otra que el hecho de que el departamento de Urbanismo tiene muy limitado su personal y no dispone de suficientes recursos humanos para este trabajo extraordinario. Y eso es algo que afecta a todos los concellos, en su opinión.

En relación con las directrices vinculadas a la música en directo, Rosón indica que se estudiará en detalle el nuevo catálogo, y entonces se tomará una decisión al respecto. La edila dice que «unha vez publicado, estudarase o seu contido e decidirase se se presenta recurso contencioso administrativo contra o mesmo» o si se espera a la resolución del recurso presentado en su día por la Xunta contra lo aprobado por el Concello capitalino, y que «en parte recolle o propio catálogo» de la Xunta.

«Isto abre posibilidades para emerxentes que precisan espazos»

El texto recoge casos que se creían necesarios, como las llamadas actuaciones de escasa incidencia

javier g. sobrado

El oficio de músico no es fácil. «La precariedad o la falta de seguridad son cosas que practicamente tienes que aceptar cuando eliges dedicarte a esto», dice Diego, vocalista de la banda compostelana de blues-rock Mojo Experience. Por si fuera poco, en muchos casos, los músicos se sienten «un arma arrojadiza entre las asociaciones de hostelería, políticos y demás agentes implicados» cuando se habla de normativas y reglamentos.

En Compostela existe una casuística bastante concreta. Además de los conciertos que puedan celebrarse en salas, o de otra clase de eventos musicales como verbenas y actuaciones al aire libre, en la ciudad hay un número importante de locales que ofrecen música en directo dentro de sus -al menos en comparación con otros casos- pequeños establecimientos. Esta diferencia con otras localidades gallegas, e incluso dentro de la misma ciudad, hace que asociaciones como Músicas ao Vivo manifiesten que no se debe legislar igual para todos, ya que la multiplicidad de casos es enorme: «Ás veces semella que con lexislar para os formatos orquestra ou tipo Monte do Gozo chega, e non é así, iso non é máis que a punta do iceberg».

Un ejemplo es el de los muchos locales situados en el casco histórico que ofrecen actuaciones a sus clientes. Insonorizar un establecimiento que está en zona monumental implica una serie de dificultades, tanto económicas como impuestas por Patrimonio, que no sufren los locales de otros ámbitos de la ciudad, como el Ensanche. Pero no sólo la zona de la ciudad; el tipo de local también es un elemento diferencial. «Non é o mesmo un concerto nun bar que na sala Capitol. Existe unha competencia, e penso que non debería ser así. Son produtos distintos. Que dez persoas vaian a un concerto á Borriquita de Belém non lle quita afluencia a unha actuación de Andrés Calamaro ou de Joaquín Sabina», señala el músico e historiador compostelano Alfonso Espiño.

Por otra parte, el nuevo catálogo de espectáculos y actividades recreativas de la Xunta ha despertado buenas opiniones entre algunos músicos. Valentín Caamaño, guitarrista y portavoz de Músicas ao Vivo, destaca que el catálogo «está algo mellor que o anterior, xa que nel si se recollen un par de situacións nas que, por exemplo, se permiten os espectáculos de escasa incidencia». El permiso para este tipo de actuaciones en locales pequeños -con aforos de menos de 75 personas- son «supernecesarias, porque a lei que había ata agora beneficiaba aos de sempre, aos grandes promotores, ás orquestras e ás grandes empresas», apunta el guitarrista y cantante Guillermo Vistoso. Además, el antiguo miembro de Mojo Experience, señala que «as bandas emerxentes ou que tocan en locais como garitos e semellantes necesitan espazos para dar a coñecer a súa música e poder exercer o oficio. Esta nova regulación abre un pouquiño a posibilidade para estes grupos». Y concreta: «Hai que ter en conta que, para ser grandes, as bandas famosas tamén tiveron que ser pequenas algún día».

«Non é o mesmo unha actuación nun pequeno local que nunha sala como a Capitol»