José Antonio Seijas: «Somos los comerciantes de siempre pero adaptados a los nuevos tiempos»

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Lidera una nueva asociación que quiere abrir al mundo un escaparate virtual de la oferta comercial que ofrece la ciudad

29 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El martes se presentó Comercio Punto Compostela, y su nombre es toda una declaración de intenciones, como reconoce su presidente, el veterano comerciante José Antonio Seijas, que fue capaz de reunir en torno a la nueva asociación a una directiva que representa a la mayor parte de los sectores comerciales de la ciudad.

-Comercio Punto Compostela implica una clara referencia a la venta on line, pero ¿puede el pequeño comercio competir con los gigantes de Internet?

-Punto va enfocado a ese campo, pero la primera palabra es Comercio. No podemos competir con Amazon o con Alibaba, que por otra parte son intermediarios y comisionistas que venden productos que ellos no tienen. Nosotros tenemos que seguir siendo comerciantes, somos los comerciantes de siempre pero adaptados a los nuevos tiempos. Yo tengo mi página web y es verdad que en Sevilla no me conoce nadie, pero si hacemos las cosas bien podemos tener una gran proyección. Estamos amparados por la Federación Galega de Comercio, que tiene una web, comerciogalicia.es, en la que ya pueden entrar los comerciantes asociados. Eso en Santiago no existía y pretendemos tener ahí nuestra propia página para que los de fuera también puedan vernos. Cualquier socio puede hacerlo gratis.

-¿No corre el pequeño comercio el riesgo de perder su esencia?

-La filosofía del pequeño comercio tiene que ser la misma; buena atención al público, cuidar al cliente y buenos productos. El profesional tiene que atender al cliente como hace 80 años, a la vieja usanza, dándole el trato más exquisito, pero una asociación como la que creamos tiene que existir para darle al comercio los servicios que ofrecen las nuevas tecnologías, o para ofrecerle el tique digital, ya que el de papel dentro de poco no existirá y nosotros a cualquier asociado le preparamos todo para que disponga de él y se lo pase al móvil al comprador, que así conserva su factura, mientras que el comerciante tiene una manera muy fácil de fidelizar al cliente.

-¿Cuántos socios tienen ya?

-Cerca de un centenar, y aspiramos a muchos más porque la directiva procede del asociacionismo de toda la vida, desde la desaparecida Acotes. Queremos ser la asociación de todo Santiago, no de los números impares de la calle de O Hórreo, y no descartamos abrirnos a la comarca.

-Acotes y otras entidades similares nacieron para luchar contra las grandes áreas. ¿El enemigo es ahora Internet?

-Las grandes superficies comerciales fueron el enemigo en su día, pero nosotros supimos integrarnos. Área Central, que era la calle comercial más grande de Europa, estaba ocupada en un 95?% por comerciantes de Santiago. Los que teníamos inquietudes nos fuimos para allí. Lo que no puede ser es que haya tantos centros comerciales, porque pasaría como en A Coruña, que muchos tuvieron que cerrar, ni tampoco puede ser que los centros de las ciudades queden abandonados. El gran enemigo ahora es la venta on line, pero si lo hacemos bien y entramos en el mercado digital, tendremos una gran cuota de pantalla y podremos abrir un gran escaparate virtual de la oferta de la ciudad.

-¿El comerciante es reacio a los cambios?

-A veces se busca la comodidad pero tenemos que dar un paso adelante y solo podemos hacerlo unidos. Nos costará al principio pero no podemos ser conformistas. Yo recuerdo cuando venía el representante a la tienda con el muestrario, y ahora si no vas tú a las ferias estás medio muerto. El que venga a la asociación lo tendrá mucho más fácil, porque a veces lo que falta es asesoramiento. Por ejemplo, hay subvenciones que la gente no sabe ni que existen; a nuestros asociados se las hicimos llegar y algunos ya las están tramitando.

«El comerciante tiene inquietudes, el tendero abre la persiana y está a ver lo que cae»

José Antonio Seijas, con una exitosa trayectoria profesional a sus espaldas, no tenía necesidad de emprender esta nueva aventura, pero tanto él como otros amigos comerciantes con los que se reúne con frecuencia sabían que era necesario. «Un poco convencido por ellos, me tocó a mí. La verdad es que te da la satisfacción de saber que vas a dejar una asociación funcionando. Como cuando fundamos Acotes, teníamos que hacer el mismo recorrido».

-Echemos la vista atrás. ¿Cómo empezó su aventura empresarial?

-Yo me dedicaba a la enseñanza, aprobé las oposiciones de Magisterio muy joven pero pedí una excedencia y me fui de director comercial de la Gran Enciclopedia Gallega por toda España, y de ahí di el salto al calzado. Siempre tuve inquietudes, mis padres tenían una tienda en la plaza y yo crecí en ese mundo y me gusta el comercio.

-Así que de jubilarse, nada.

-Mi madre se murió a los 82 años sin coger la jubilación, unos meses antes todavía estaba en la tienda, y eso es lo que yo he vivido. Hay cuerda para rato.

-Todos los días se ven abrir tiendas que cierran a los dos meses. ¿Qué ocurre en el sector?

-Que muchos creen que es abrir la puerta y ya está. El comerciante tiene inquietudes, el tendero abre la persiana y está a ver lo que cae, esa es la diferencia.

-¿Qué tal la relación con los políticos? A la presentación de la asociación acudió el alcalde y también la directora xeral de Comercio.

-De entrada, todo son promesas, a ver si se cumplen. Vamos a necesitar su ayuda, porque tenemos que hacer campañas y si la entidad crece como pensamos, nuestros medios van a ser insuficientes y tendrán que echarnos una mano, y para eso la burocracia tiene que ser más ágil. Seremos pedigüeños y exigentes.