Los ingresos por licencias evidencian el relanzamiento de la construcción

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Aunque lejos todavía de los datos previos a la crisis, en el 2018 crecieron un 30 %

26 sep 2019 . Actualizado a las 20:39 h.

La inversión en obra pública en la ciudad ha retrocedido a mínimos históricos. Así lo apuntan los datos que maneja la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de A Coruña (Aproinco). Lo curioso es que esa sima en la iniciativa pública se ha abierto justo cuando la iniciativa privada comienza a remontar con datos fehacientes. Ya no se trata solo de que se adviertan brotes verdes: aunque muy por debajo todavía de los niveles precrisis, los derechos tributarios del Concello vinculados con la actividad del ladrillo crecieron el pasado año un 30 %. Todo un contrapunto para el ejercicio en el que la inversión pública anotó su registro más bajo, por detrás incluso de localidades de menor entidad, lo que habla más de problemas de iniciativa o de gestión que de disponibilidad de fondos, por mucho que las administraciones sigan condicionadas por los coletazos de la crisis.

Después de varios años de ajustes forzados a la baja en sus propias previsiones recaudatorias del impuesto de construcciones, instalaciones y obras (ICIO) y por licencias de obra, Raxoi cerró el 2018 con un millón de euros por encima de lo estimado. Es cierto que había rebajado sus pretensiones en 300.000 euros después de haberlas incumplido en los dos años anteriores, pero también que la actividad en el sector no solo compensó la merma en esas expectativas. En conjunto, las superó en más de un 30,5 %, cuando en el 2016 los ingresos (2,63 millones) se habían quedado un 24,6 % por debajo de lo presupuestado (3,54 millones). En el 2017 la recaudación tampoco alcanzó lo que se preveía, aunque los brotes verdes que se advertían en el sector dejaron esa diferencia en el 8 % y mejoraron los ingresos en casi medio millón de euros.

La solicitud de licencias crece. Lo hizo el pasado año y, de momento, hasta agosto, la media mensual ha mejorado. Si en todo el 2018 habían llegado a Raxoi 401 peticiones (obras mayores, menores, primeras ocupaciones, parcelamientos...), hasta agosto del 2019 habían entrado 298. Y las comunicaciones previas de obra alcanzaban las 379, por 569 en todo el 2018.

Para la concejala de Urbanismo, Mercedes Rosón, esa reactivación se percibe. Así lo apuntan también desde Aproinco. «Notamos cierta reactivación del interés en la compra de pisos en A Coruña, Vigo y Santiago», afirma su secretario general, Juan José Yáñez. Después del inicio de la crisis y tras la atonía y las dificultades de los ciudadanos para la obtención de préstamos, «se está reactivando» ese interés, y por tanto, también, en la promoción de vivienda nueva.

Lo que no parece llevar mejores trazas de momento es el nivel de inversión en obra pública, salvo que las aportaciones municipales a la pasarela de la intermodal y a la mejora de las entradas de los Caminos de Santiago que ejecuta la Xunta lleguen a contabilizarse dentro del ejercicio. Pero también dependerá de la agilidad del gobierno de Bugallo para invertir los casi tres millones de préstamo bancario que la Xunta de Goberno autorizó ayer tras la reciente entrada en vigor del presupuesto técnico de este año.

3.086.633 €

Ingresos del 2017

Un 17 % más que en el 2016, pero menos de lo previsto

Aproinco ve escasez de suelo urbanizado y defiende que se programe más

Santiago tiene escasez de suelo urbanizado para la construcción de vivienda. Es el diagnóstico que Aproinco trasladó hace días al alcalde junto con el resultado de ese estudio sobre la inversión en obra pública que deja a la capital por debajo de Carballo, Arteixo y O Grove. Según la asociación del sector en la provincia de A Coruña, Compostela tiene una peculiaridad sobre las demás en las que se está percibiendo una reactivación: la existencia de espacio urbanizable entre las grandes infraestructuras que se dotaron antes de la crisis. «Y hay que rellenar los huecos», dice Yáñez, quien no solo percibe la falta de suelo urbanizado (dotado de servicios para poder construir ya), sino la necesidad de iniciar «en breve» la tramitación de nuevo suelo que esté disponible para el mercado en cuatro o cinco años. «Es necesario comenzar nuevas promociones y no olvidarse de la gestión de suelo», concluye. Bugallo ya apostó en campaña por reactivar el polígono previsto en Amio para más de dos mil viviendas.