«Vivimos a un paso de la Catedral, pero con servicios básicos de aldea»

Margarita Mosteiro Miguel
marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

En San Lourenzo sufren cortes de luz y caídas de tensión por falta de mantenimiento

10 ene 2020 . Actualizado a las 22:36 h.

Los vecinos de San Lourenzo y O Rueiro están preocupados por el estado de la red eléctrica que suministra el servicio a sus casas. Desde hace tiempo sufren graves carencias. «Los cortes de luz son constantes, incluso en verano y con buen tiempo, y las caídas de tensión son casi diarias», explica Manuel, un vecino de la Corredoira das Fraguas.

«Los cables están sujetos por las ramas de los eucaliptos, que se mueven de un lado a otro hasta con viento suave. No quiero imaginar lo que puede pasar con un temporal», explica Jon Brokenbrow, presidente de la Asociación de Vecinos de San Lourenzo. Al peligro de los cables que se pierden entre los árboles se une también un deficiente estado de las instalaciones. «Las cajas de suministro están rotas, los cables pelados, sueltos y retorcidos. Se puede ver el material oxidado en las conexiones», añade el dirigente vecinal. Tampoco los postes de la luz están en buen estado. Muchos son aún de madera, y alguno de hormigón está inclinado sobre la vegetación. Brokenbrow reclama que la suministradora «invierta en mantenimiento y en ampliar la red para atender la demanda real del barrio».

Jon Brokenbrow considera que el problema de San Lourenzo es idéntico al de muchas aldeas gallegas, pero «estamos a un paso de la Catedral. No digo que tengamos más derechos, pero tenemos derecho a recibir el servicio por el que pagamos».

Hace solo unos días, gran parte de las casas del barrio se quedaron sin luz, «durante unas cuatro horas o puede que más, porque yo me fui a la cama y no había vuelto», comentó Carmen, una vecina de San Lourenzo. No era la primera vez, y el portavoz de los vecinos asegura que «lo peor es que no va a ser la última». Antonio, que reside en una casa rodeada de una zona verde que fue acondicionada por los propios vecinos, tiene un velón junto a la puerta de la entrada «para cando se vai a luz. Vexo preto as torres da Catedral dende a ventá, pero estamos como se isto fora un aldea no medio do monte». El presidente de los vecinos incide en que «vivimos a un paso de la Catedral, a diez minutos del Campus y a quince o veinte del Obradoiro, pero tenemos los servicios básicos de una aldea». La luz no solo «falta en la zona interior de San Lourenzo, junto a la carballeira también hay problemas de suministro».

Los vecinos lamentan una situación «que se prolonga desde hace años. Antes éramos pocos vecinos con poco consumo; ahora somos muchos más y con más consumo», comenta Jon Brokenbrow. Insiste en que en las zonas de San Lourenzo, Carmen de Abaixo y Rueiro tienen el mismo suministro «que había cuando la gente tenía una nevera, y quizás una televisión; pero ahora hay congeladores, ordenadores, televisiones. El consumo aumentó, pero Naturgy no invierte en mejorar el servicio. Ni siquiera realiza mantenimiento ni aumenta la potencia para atender la demanda real», afirma.

Árboles de propietarios desconocidos

Con la normativa en la mano, los propietarios de las fincas colindantes a viviendas están obligados a mantenerlas en perfecto estado para evitar daños a los inmuebles y sus moradores. En el caso de los eucaliptos que están atravesados por el tendido eléctrico sus propietarios serían los responsables de los daños. El problema es que, tras la muerte de la propietaria, sus herederos no se hicieron cargo del terreno. Los vecinos pidieron a las autoridades locales que talen los árboles que supongan un peligro para las casas, y que posteriormente localicen a los dueños para que paguen los trabajos. También reclaman que la suministradora actúe para dejar libres sus líneas.